«El traslado lo tuvo que hacer el propio personal del centro en un fin de semana. Empezamos de un día para otro», señala Mariluz Burgos, trabajadora social que lleva en el centro estos 25 años.
La construcción del edificio fue consecuencia de la reforma sanitaria que supuso a su vez el fin de los ambulatorios y trajo consigo una nueva filosofía de trabajo y de servicio al ciudadano. Anteriormente en esta zona la atención sanitaria se prestaba en el consultorio de la Avenida de la Estación, en un local alquilado. La implicación de los vecinos con el proyecto y el contacto directo y las buenas relaciones entre profesionales y usuarios arrancan desde el principio. De hecho, fue la propia asociación de vecinos de El Palo la que luchó para que éste fuera el primer centro en abrirse, recuerdan Mariluz y Francisco Alcaine, al que los propios residentes rindieron homenaje por su labor cuando dejó el cargo de director.
Las transformaciones
Han pasado 25 años y han sido numerosos y trascendentales los cambios, comentan además de Mariluz y Francisco el actual director, José María Santa Cruz, y la coordinadora de Enfermería, Gloria Moyano. Como logros propios de este centro de salud el primer director, Francisco Alcaine, sitúa la cita programada, así como la limitación del número de pacientes al día. «Antes la consulta comenzaba a una hora. Se daban números y todo el mundo esperaba a partir de esa hora su turno. Decidimos ir fraccionando esos números por horas y también limitar el número de pacientes por consulta», comenta Alcaine.
Otros cambios vividos en la atención, de forma global, han sido la receta electrónica, que ha supuesto un auténtico revulsivo en el funcionamiento y que ha aliviado gran parte de la carga de trabajo; o, la informatización de las historias médicas.
En esta época fue incluso cuando se comenzó a trabajar con historias de los pacientes. «Antes no se registraba nada, el paciente acudía y se le recetaba lo que fuera y no constaba nada. No existía un sistema de registro reglado. Luego se comenzó con las historias en papel, y necesitábamos un espacio importante para almacenarlas. Cada día había que sacar y manipular cerca de 3.000 historias, lo que provocaba que hubiese personas dedicadas a esa tarea», recuerdan.
En estos años ha llegado la era digital. Fue en 1994 cuando se implantó el primer programa informático para las historias y, posteriormente, se cambió al actual sistema, Diraya, de forma que el profesional puede acceder ya a los datos del usuario con un sólo clic.
Entre las transformaciones, la coordinadora de Enfermería, Gloria Moyano, recuerda que también se han iniciado las consultas de Enfermería. La relación con otras especialidades, «donde somos referentes», la entrada en el campo de la formación de la salud, los grupos de mujeres (para fomentar las habilidades sociales), talleres de relajación, taichí, la escuela de envejecimiento activo que se puso en marcha hace dos años, la formación de médicos residentes, la escuela de salud, o el proyecto un millón de pasos (para caminar), son algunos de los servicios y de las atenciones que ofrece y realiza el centro de salud.
Han aumentado los servicios, los programas, las atenciones y, como no podía ser de otra manera, el número de usuarios. Se da la circunstancia de que este centro de salud es uno de los tres junto con Cruz de Humilladero y Puerta Blanca que también tiene servicio de Urgencias.
Atienden a una población de 40.000 personas y presentan un índice de cobertura del 107%, ya que asumen un 7% más de lo que debieran, explican. «Hay muchos hijos de personas de aquí, de El Palo, que se mudan a Rincón de la Victoria o a La Cala del Moral pero que quieren seguir viniendo a este centro de salud y lo hacen», comentan tanto Gloria Moyano como José María Santa Cruz.
Saturación del centro
A pesar también de que se redujo el área de atención al abrirse el centro de salud del Limonar –que absorbió a un número importante de la población– las instalaciones se han quedado pequeñas. Aunque se produjo una ampliación de la zona de Urgencias y se realizaron tres consultas más, la situación actual de saturación ha provocado que no haya sitio físico, por lo que no puede aumentarse la plantilla. «Hemos estado ampliando el centro y dotándolo de personal hasta hace cinco años, pero la ampliación ya es imposible porque no hay sitio», comenta el director. Por ello, reclaman un nuevo centro de salud (no se puede construir una planta sobre el actual por un problema de cimentación) y un chare en la zona Este para que alivie la asistencia. Las consultas se utilizan actualmente incluso de forma rotatoria por los profesionales.
Fuente: Diario La Opinión de Málaga