Como para no esperar nada esperanzador del futuro que se nos avecina.
Para cuando ya será demasiado tarde, porque hoy ya es tarde.
Ante lo que ya se nos ha echado encima.
Y así dentro de unos años verán películas, leerán libros, y ya el presente habrá pasado y entonces seguirá siendo muy tarde.
Por eso hoy se sigue preguntando cómo fue posible que en el país, Alemania, más culto, más dinámico, su población mayoritariamente se entregara a la doctrina nazi, al régimen nazi, al gobierno de Adolf Hitler. Y algo parecido pasaba en Italia, y pasó en España, en Portugal, en Hungría . . . para que luego, tras el apocalipsis, ya fuera, como de costumbre, demasiado tarde.
Primero fue una anécdota, más tarde incluso fue rechazado por su propio partido, los republicanos estadounidenses. Hoy gobierna EEUU un personaje que no esconde su ideología. Mientras tanto en Europa se celebra la plausible llegada de la extrema derecha en países vecinos, inmersos los europeos en una oleada xenófoba, racista, fascista que amenaza.
Y, solapado, el peor de los delitos, la más injusta de las realidades in que se tenga muy en cuenta, sobrellevada con “repugnante” naturalidad, y me refiero a “la desigualdad” instalada, consagrada, frente al espectáculo inhumano de miles de refugiados “congelándose” de frío y desamparo.
E insistiendo en la desigualdad que estrangula, asfixia, mata en silencio, . . . y hablando de España, antes de que sea demasiado tarde, aunque probablemente ya lo es:
“El Banco de España confirma que las rentas más bajas fueron las más golpeadas en la crisis”. “El 1% de los más ricos acumula el 20% de la riqueza”.
Continúa en su informe el Banco de España que actualmente solo el 9% de los españoles menores de 35 años pueden acceder a montar y sostener económicamente con solvencia un hogar, una familia. Hace 8 años ese porcentaje estaba en el 25%.
Por tanto y es muy claro que los más perjudicados por estas políticas “triunfalistas” del PP que han empobrecido a las clases más bajas y a los jóvenes.
En contra de la dura realidad las mentiras del mensaje oficial pepero.
Y la población sin moverse, resignada, para cuando vengan a contarnos el horror, dentro de unos pocos años, y entonces tal vez no se lo expliquen.
Y la desigualdad sigue ahondando en el abismo, porque ya trabajar es sinónimo de seguir siendo pobre.
Torre del Mar enero – 2.017