Eso sí, elijan el lugar de acuerdo con su forma de ser y sus preferencias. Si detestan las multitudes, ignoren la sugerencia de visitar el centro comercial. Y si se aburren en el ballet, propónganle a su cita pasar la tarde patinando. Lo importante es, siempre, conocerse, disfrutar y quedarse con ganas de una segunda cita.
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Una feria o mercadillo navideño. Villancicos, dulces, vino caliente con especias, atracciones, tenderetes con figuritas para el belén… Todo ello conforma un entorno encantador para pasear, romper el hielo gracias a las muchas distracciones que les rodean y así entablar conversación con facilidad.
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Al teatro o al cine. Navidad es época de estrenos cinematográficos y de reestreno de obras clásicas como Cuento de Navidad de Charles Dickens o el maravilloso ballet El Cascanueces, de Tchaikovsky. Una ocasión perfecta para ponerse sus mejores galas y acudir al teatro o la sala de cine. Especialmente si son algo tímidos y les alivia pasar parte de la velada sin tener que hablar continuamente.
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Un concierto navideño. Si prefieren la música, en estas fechas encontrarán multitud de conciertos navideños en iglesias o centros culturales, que además suelen ser gratis. Pueden elegir entre piezas clásicas como El Mesías de Haendel, un concierto de góspel, villancicos tradicionales, etc.
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A patinar. En estas semanas, las ciudades se llenan de pistas de patinaje sobre hielo. Tal vez no calcen unos patines desde que eran niños, así que ¿qué les parece recuperar el placer infantil de deslizarse por la pista, reírse de sí mismos cuando se caen, sentirse libres sobre los patines? Tal vez este plan solo sea apto para los más extrovertidos, pero es estupendo para comenzar a conocerse al tiempo que se liberan de prejuicios y máscaras sociales.
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Una visita al centro comercial. Si son de los que disfrutan de las compras y las multitudes, pueden pasarlo muy bien visitando a Santa Claus, comprando algún regalo para la familia y sentándose en un café a degustar un delicioso chocolate caliente.
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Un paseo por el campo. La naturaleza siempre nos recarga de energía y en esta época hay paisajes de belleza deslumbrante. Si son deportistas, pueden elegir una bonita ruta para dar un paseo y tal vez culminar la caminata con una rica comida en un restaurante rural, junto a la chimenea. Una larga sobremesa con un buen té o café será perfecta para disfrutar de la conversación y hacerse confidencias en un ambiente tranquilo y acogedor.
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… O por la playa. Tal vez viven en una ciudad cálida donde la Navidad no se vive con gorro de lana y nieve, sino todo lo contrario. En ese caso, rompan con los tópicos y disfruten de un picnic en la playa o una velada en una terraza. Aprovechen para romper también con los tópicos en la conversación, y sálganse de las preguntas excesivamente educadas y las frases “apropiadas” para hablarse sinceramente, con el corazón. Así es como dejarán huella el uno en el otro