Reclaman la recuperación de los antiguos talleres de Renfe

El edificio, explicó Antonio Guzmán, historiador del patrimonio industrial y miembro de la asociación, fue construido a comienzos del siglo XX para albergar los talleres centrales de la antigua Compañía de Ferrocarriles Andaluces, uno de cuyos fundadores fue Jorge Loring. Las líneas de la compañía fueron nacionalizadas en 1936 para dar paso poco después a la Renfe.

«El edificio es espléndido para cualquier tipo de uso: social, cultural, incluso deportivo», señaló Antonio Guzmán.

Ayer, un grupo de miembros de la Asociación del Patrimonio Industrial, en su mayoría profesores y antiguos trabajadores de industrias históricas de Málaga como los talleres de la Vers, Intelhorce o la Cross, se dio cita en la calle Mendívil para denunciar el estado de abandono del edificio y reclamar su rehabilitación.

«La asociación ya no reivindica que tenga un uso determinado, como pudiera ser un Museo de la Industria, sólo que tenga una utilidad pública», recalcó el presidente, José Antonio Ruiz.

El edificio, propiedad del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, Adif, fue recortado en 2010 por las obras del metro de Málaga para hacer posible la línea 2. El retranqueo de la fachada se anunció, sin embargo, como algo provisional, ya que se desmontó la fachada piedra a piedra y la Oficina del Metro de Málaga catalogó los bloques, con el objetivo de que Adif lo repusiera una vez acabadas las obras, informó el entonces director de la oficina, Enrique Salvo Tierra.

A este respecto, el historiador Antonio Guzmán lamentó que no se cumpliera la promesa hecha a los vecinos del entorno, una vez terminadas las obras.

La Asociación en Defensa de las Chimeneas y del Patrimonio Industrial de Málaga también lamentó que estos históricos talleres centrales, construidos en su integridad con piedra y acero, no tuvieran protección arquitectónica alguna y no hayan merecido su inclusión en el catálogo de edificios protegidos del PGOU.

En un escrito enviado al Ayuntamiento de Málaga, el colectivo en defensa del patrimonio recuerda que el edificio, por su localización «en el centro de las comunicaciones terrestres de la ciudad ofrece multitud de posibilidades de todo tipo», por lo que reclama al Consistorio «su rehabilitación y dedicación a un uso cultural o social».

Inocencio Fernández, exconcejal de IU y miembro de la asociación, declaró además que «de lo que nos quejamos muchas veces es de que la mejor manera de clarar un edificio interesante en ruinas es abandonándolo, no dándole uso. Dele el que quiera, pero úselo», subrayó.
La asociación calcula que la superficie ahora mismo de lo que queda de nave es de unos 1.600 m2, aparte de que cuenta con una altura «de unos cuatro pisos», señaló Inocencio Fernández.

Cuando en 2010 se demolió parte del edificio por las obras del metro, un portavoz de Adif informó de que se barajaban usos culturales que fueran compatibles con oficinas de Adif. Siete años más tarde, la asociación en defensa del patrimonio industrial reclama que se recupere cuanto antes