y efectivamente se ha celebrado que “el género despachado ha llegado a la tienda provinciana de lanas y otras mercerías, de Ana Sánchez, nacida en Valencia hace 54 años y residente en Reino Unido desde hace 32 años”, . . . gracias a diseñadores, hiladores, tejedores, conductores, distribuidores . . . de distintos orígenes, culturas y costumbres . . . y que han contribuido para que, por ejemplo, en la localidad inglesa de Newport Pagnell pueda seguir “haciendo punto o crochet”.
Y este movimiento ha obedecido a “la preocupación por la creciente hostilidad hacia los inmigrantes después del referéndum que decidió la salida del Reino Unido de la UE”.
Y así el movimiento “Un día sin nosotros” se ha convertido en un movimiento social y que puede ayudar y ayudarnos a recordar que todos necesitamos de todos.
Para intentar llevar a cabo “una narrativa positiva que movilice a la gente” . . . ¡ojalá!.
“Los delitos de odio crecieron un 40% en las semanas posteriores al referéndum”.
Y frente a Ana Sánchez y a otros miles y millones de personas que creen en el género humano, que creemos en la fraternidad debida, que creemos y queremos creer en la interdependencia de unos y otros, en el marco de la libertad y la igualdad, principios casi sagrados que van siendo . . . relegados . . .
Pues bien frente a Ana Sánchez . . .al otro lado del atlántico, el “presidente de facto”, un tal Steve Bannon, un supuesto ideólogo del odio y de la única vía que predica que “sólo la guerra, el conflicto, el enfrentamiento violento, armado” solucionará su razón de ser y la razón de ser de millones de seres humanos que se han entregado al miedo y al odio y que ¿están dispuestos a matar a quienes consideran sus enemigos?, empezando por el atrincheramiento propio, por señalar a pueblos enteros como culpables, a odiar y a intentar el aniquilamiento de los unos contra los otros. . . y ¿viceversa?.
Hasta convertir el mundo actual en un mundo en llamas, de los ricos contra los pobres, de los fanáticos contra . . . los fanáticos.
Mientras Steve Bannon arma un discurso que pone a disposición de los dirigentes más belicosos, más peligrosos.
Mientras la humanidad tiembla y el odio se enseñorea sobre los ricos que pastorean a sus mesnadas de ignorantes dispuestos . . . al sacrificio contra el . . . otro.
Torre del Mar febrero – 2.017