Hay personas que trazan una línea recta en su vida y nada ni nadie lo echa fuera de esa línea.
No sabemos ni queremos entrar, si en si vida privada, Pepe Peralta trazó esa línea recta, pero en su vida laboral. Podemos afirmar que así fue.
Funcionario municipal antes del cambio político, como responsable de la Tenencia de Alcaldía (hoy Distrito Municipal), asumió con entereza y dentro del marco de la ley, cual debía ser su misión y entendió por encima de interpretaciones, que la Tenencia y las normas municipales, ante todo, debía resolver los problemas de comerciantes; usuarios, de los vecinos, de trafico, etc. En definitiva, resolver los problemas del barrio. En esa línea, nunca dejo de atender o escuchar una queja de cualquier tipo, ya fuera el arreglo de una calle, reponer una papelera o enderezar un farol. Lo mismo le deba que la petición viniera de una institución o de un particular, fuera o no payo o gitano.
Vivió en su puesto de trabajo la Transición Política y el nacimiento del movimiento vecinal. El siguió siendo fiel a sus creencias y maneras de hacer, porque viniera quien viniera a gobernar el Ayuntamiento, creía que su camino era el correcto.
Sabemos que nos siempre fue comprendido, tanto en la etapa anterior, como posterior al cambio político. Pero así ocurre con todo en la vida, luego el tiempo, inexorablemente, pone las cosas a cada uno en su sitio.
Pepe, después de tantos años; de haber pasado tantas personas por el Distrito, de tantos inconvenientes en la resolución de los problemas, incluso, quienes hayamos discrepado contigo en más de una ocasión, reconocemos que tu labor fue buena, eficaz; te entregaste al Barrio con el cariño y el énfasis de quien defiende lo suyo.
La representación vecinal, te recordaremos, por tu entrega por la barriada. Siempre serás reconocido por cuanto nos has aportado.
