Los pesebreros

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Pero el pesebre es el pesebre y con las cosas de comer no se juega, en medio de tantas invocaciones al "servicio común y público", y a los que diga el compañero en jefe, ¿con la boquita chica?.

Aunque a la chita callando la labor de zapa continuará implorando por el batacazo reparador, conspirando entre bambalinas, para dejar bien claro que aún no han digerido la derrota y que los militantes de base solo son unos mindundis de tres al cuatro, para dejar bien claro que al menos un 30% de los delegados, en el 39º Congreso Federal del PSOE, se las tienen tiesas al líder en el que . . . no confían.

Porque al cabo "la izquierda les pilla muy a desmano", y han pedido ya el hábito de jugársela. Por eso les rechinan el canto de "La Internacional", junto a esos desarrapados de militantes de a pie. Con las baronías puestas en entredicho o en cuarentena, con el mayordomo vigilante y rindiendo pleitesía, a la espera del momento más favorable para el hachazo que acabe con las alegrías de estos "ilusionados compañeros".

Porque, al cabo, se pone el peligro el gran pesebre, el que daba de comer a los iniciados, a los barandas instalados en el discurso del pragmático conformismo, dejándose mecer por el vaivén mortecino de los tiempos, sin el consuelo, siquiera, de la rabieta apasionada, de la fe y la emoción contagiosa.

Y por eso los mayordomos seguirán disimulando la inquina y el resquemor, con un "necesita algo más el señor", para, a la vuelta, mostrar el verdadero rostro del odio profundo al "renacido" que ha osado alterarnos la monotonía del "buen pasar", cuando ya parece que hasta el "clientelismo" de toda la vida amenaza ya con tambalearse.

Con un Pedro Sánchez y afines rodeados por los suyos, porque no quieren aventurismos que acaben por ponerlo todo patas arriba, ¡Con lo bien que se vivía con el discurso aprendido y los despachos abiertos para los amigachos del invento!.

Con nada ganado y todo por perder, con un 30% vigilante para saltar sobre la presa, líder elegido con un mutis que no se puede disimular, el aparato, los popes referentes, la Susanísima que se confió, resbaló y se la pegó, junto a sus cercanos, yéndose reconcomidos con el feo de no quedarse a escuchar el cierre final, discurso incluido del líder, en su Congreso Federal que era el de todos, que era el de punto de ¿reiniciar?, . . . ¿la lucha fratricida por el poder y el pesebre?.

Torre del Mar junio – 2.017