1992 fue el año que vio nacer la primera línea ferroviaria española de alta velocidad, la Madrid-Córdoba-Sevilla. Sus 471 kilómetros hicieron del trazado entre Madrid y la capital hispalense el más largo de la red europea. De hecho, lo sigue siendo. Pero por aquel entonces, eso de circular a velocidades máximas de 300 kilómetros por hora despertó serias dudas sobre la viabilidad económica del medio y el desarrollo de nuevos proyectos -su presupuesto se elevó a 450.000 millones de pesetas, más de 2.700 millones de euros-.
Quince años después, España ha ratificado su apuesta por el tren de alta velocidad al tener en servicio 1.225 kilómetros de vías, es decir, el 25% de las existentes en el continente. Pero si el presente es optimista, el futuro dibuja un escenario impensable hace una década, con Málaga como protagonista este mismo año con la apertura del trazado completo entre Córdoba y la Costa del Sol (desde diciembre está en servicio los 100 kilómetros que separan Almodóvar del Río de Antequera). El propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró en una reciente visita a Toledo que España se convertirá en 2010 en el líder mundial de vías ferroviarias de altas prestaciones.
El primer viaje oficial del AVE se produjo el 14 de abril de 1992 con Narcís Serra y Josep Borrell, vicepresidente del Ejecutivo y ministro de Obras Públicas de la época, encabezando la expedición. El tren salió con un minuto de retraso y llegó a la estación sevillana de Santa Justa con dos de adelanto. Sin embargo, la primera circulación comercial se efectuó el 21 de abril -fecha referente a la hora de recordar este hito- con tarifas que oscilaron entre las 6.000 y las 16.000 pesetas.
Hubo que esperar once años hasta la siguiente inauguración. Fue el 11 de octubre de 2003 cuando el AVE circuló por primera vez entre Madrid, Zaragoza y Lérida (470 kilómetros). Dos meses más tarde, el 23 de diciembre, comenzó a operar del ramal de altas prestaciones a Huesca, de 80 kilómetros y con velocidades comerciales de 200 kilómetros por hora. En 2005, el 11 de noviembre, el AVE llegó a Toledo (22 kilómetros), mientras que los dos últimos tramos de la red de alta velocidad se pusieron en servicio en diciembre. El primero une Córdoba y Antequera, y el segundo, de 82 kilómetros, enlaza Lérida con Tarragona.
Los 1.225 kilómetros de España sólo son superados por los 1.573 de Francia y los 1.300 de Alemania. En el conjunto de Europa, según las estadísticas de la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC), hay 4.854 kilómetros en servicio.
Nuevas rutas en 2007
Desde la puesta en marcha del AVE, unos 60 millones de usuarios han utilizado este servicio. Algo más de 55 corresponden a la línea entre Madrid y Sevilla -de éstos, 15 millones usaron el servicio lanzadera de Ciudad Real y Puertollano-. Respecto al resto de las rutas operativas, 2,5 millones de personas han utilizado la línea Madrid-Zaragoza-Lérida, mientras que el enlace entre la capital y Toledo, ha captado en dos años 1,5 millones.
Pese a todo, la dimensión de la línea Madrid-Sevilla dista bastante del volumen de pasajeros que captan otros corredores como el París-Lyon. Mientras el primero registra seis millones de usuarios al año, la línea francesa triplica esta cifra. No obstante, todo depende del núcleo poblacional transitado ya que, por ejemplo, el ramal Madrid-Barcelona prevé una volumen anual de 18 millones de usuarios.
Sea como fuere, el desarrollo que en España está atesorando este tipo de infraestructura es calificado de «espectacular» en foros europeos, asegura Ignacio Barrón de Angoiti, responsable de la Misión de Alta Velocidad de la UIC. Además de demostrar la «capacidad tecnológica» del país, agrega, este desarrollo sólo es comparable con la revolución de China, «futuro líder mundial junto a España».
Remitiéndose a las palabras de Zapatero, fuentes del Ministerio de Fomento señalaron que en la actualidad, están en obras 1.574 nuevos kilómetros, «cinco veces más que el país que nos sigue». A priori, las próximas inauguraciones se producirán a finales de este año con la llegada del AVE a Málaga, Barcelona y Valladolid (55, 78 y 194 kilómetros, respectivamente». Más tarde, llegará la línea Barcelona-Figueres, la conexión con el Levante, la »Y» vasca… Toda una revolución.
DIARIO SUR