Playas azules y negras

El toque de atención lo pone Ecologistas en Acción, que para este verano ha otorgado 50 banderas negras, 12 más que un año atrás, a zonas de baño amenazadas por la excesiva urbanización, la pérdida de recursos naturales o por algún tipo de contaminación. Según el Servicio Andaluz de Salud (SAS), las aguas de las 232 playas de la comunidad se encuentran en adecuadas condiciones higiénico sanitarias para el baño.

El 26,2% de las playas andaluzas ha obtenido este año una bandera azul, repartidas entre 28 municipios, y suman en extensión 103,7 kilómetros de costa. Destaca el caso de Fuengirola, que suma seis distintivos. El número total es muy inferior al conseguido por regiones con menos kilómetros de playa como la Comunidad Valenciana, que suma 95 banderas azules, o Cataluña, que cuenta con 89. Galicia es con mucha diferencia la que ofrece mejores playas (118 galardones).

Las banderas azules son otorgadas por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Aeac), que lo hace en más de 40 estados de cuatro continentes y que tiene en consideración criterios de legalidad, accesibilidad, sanidad, limpieza, y seguridad y que la playa disponga de información adecuada y se realicen al menos cinco actividades de educación ambiental.

Algunos de estos elementos de valoración son sin embargo muy cuestionados desde distintos ámbitos, lo que provoca un recurrente debate sobre la certificación de las banderas azules. Ecologistas en Acción sostiene que se tienen en cuenta de forma predominante criterios turísticos y que, por ejemplo, se valora la existencia de duchas pero no si las depuradoras funcionan.

Algunos ayuntamientos han dejado de solicitar el distintivo, como el como el caso de Almería, que se quedó el año pasado sin banderas azules porque, en contra de lo que sucedió en años anteriores, la Aeac consideró que los chiringuitos instalados incumplían la Ley de Costas, cuyo cumplimiento es fundamental para conseguir las citadas banderas.

Hay casos en los que pueden llegar a darse situaciones en apariencia contradictorias, como lo que ocurre en la playa de El Castillo, de Fuengirola, una de las seis del municipio distinguida con bandera azul, pero cuya arena no reúne para el SAS las condiciones adecuadas porque están afectadas por unas obras de saneamiento y hay zonas acotadas.

La Aeac reconoce que con sus banderas azules no propugna un modelo universal de playa aplicable al conjunto del litoral. "Nunca las infraestructuras exigidas por bandera azul pueden ni deben constituirse en argumento para alterar el carácter natural de determinados parajes litorales". Las banderas azules, por definición, premian a playas urbanas y las más apreciadas son aquellas que mantienen su condición más natural.

El contrapunto a las banderas azules lo constituyen las banderas negras de Ecologistas en Acción, que, salvo en casos muy contados por causa de vertidos, no es que identifiquen playas con deficientes condiciones higiénicas, sino que constituye más bien una forma de llamar la atención por algunos problemas medioambientales que acosan al litoral andaluz, especialmente los derivados de la excesiva construcción y ocupación del suelo y de los cauces de los ríos y arroyos. Ecologistas en Acción ha concedido este año 50 banderas y ha identificado otros 19 puntos negros.

Todas las banderas negras que los ecologistas han otorgado este año a los arenales almerienses (11) repiten con respecto al año pasado. Y los argumentos también son los mismos: la especulación inmobiliaria.

El balance de Granada es peor: Sólo dos banderas azules (las motrileñas de Calahonda y Carchuna) y ocho negras. En Albuñol ha quedado marcada la playa de El Pozuelo, en la que se vierten residuos procedentes de invernaderos. El principal motivo de las banderas negras en las playas granadinas es el deterioro urbanístico.

Ecologistas en Acción ha concedido 11 banderas negras a playas malagueñas. Cinco se localizan en la zona occidental, entre Manilva y Estepona, todas por proyectos de urbanización cercanos que afectan además a arroyos. En dos playas de Fuengirola y en los Baños del Carmen de Málaga la causa de la alarma son los efectos de la ampliación del puerto deportivo fuengiroleño y los proyectos de nuevos paseos marítimos en los otros dos.

En el otro lazo de la balanza, las playas malagueñas han recibido 15 banderas azules, aunque municipios tan significativos como Torremolinos, que años atrás convertía el izado de la bandera azul en un acontecimiento, se ha quedado sin ninguna.

El litoral gaditano recibe este año 15 banderas negras, una más que en 2006. Como en las demás provincias, el crecimiento urbanístico es la principal amenaza detectada por los ecologistas, que denuncian además el estado de las playas del Chinarral y Punta de San García, en Algeciras, tras el vertido del buque Sierra Nava.

Las playas de Huelva, por su parte, han recibido cinco banderas negras por su contaminación o urbanismo salvaje. Los galardones negativos han recaído en la playa de Mazagón; las playas de Cartaya; la Ría de Huelva, muy contaminada por las industrias; las playas de Ayamonte, por el crecimiento urbanístico y la playa de Punta Umbría, en la que proliferan las plataformas de hormigón, las zanjas y las fosas sépticas.

EL PAIS