El cemento ha ido, poco a poco, ganando terreno y ocupando espacio en el litoral malagueño, así como en algunas zonas del interior. Ahora, los datos y las imágenes vía satélite corroboran esta apreciación. En los últimos cincuenta años la superficie construida (incluyendo viviendas, carreteras, infraestructuras, puertos,…) en la provincia de Málaga casi triplica el crecimiento experimentando durante el mismo periodo en el resto de la Comunidad autónoma.
En el último medio siglo, el espacio construido en Málaga ha pasado de 4.739 a 36.287 hectáreas (31.548 más), lo que representa un incremento del 665,64%. Desde 1956, en la Comunidad autónoma andaluza -sin computar lo correspondiente a la provincia malagueña- el crecimiento fue de 111.281 hectáreas, un 246% más, según se desprende del informe, pionero en su género, »Usos y coberturas vegetales del suelo en Andalucía 1956-Actualidad», presentado ayer por el delegado provincial de Medio Ambiente, Ignacio Trillo, y el director de Gestión del Medio Natural de la Junta de Andalucía, José Guirado.
Este crecimiento en Málaga se ha producido ocupando, principalmente, los suelos agrícolas, una vez que esta práctica ha sido abandonada, fundamentalmente en la franja costera. Así, pusieron el ejemplo de una fotografía de Benalmádena en los años 60 en la que se veían claramente los terrenos dedicados a cultivo y una instantánea de la actualidad en la que se aprecia el importante crecimiento experimentado por esta ciudad costera, que en cincuenta ha aumentado su población en un 135%.
Cultivos
El suelo agrícola en la provincia disminuyó en 32.587 hectáreas (un 8,63%) en medio siglo, aunque, paralelamente, se produjo un incremento de 13.944 hectáreas dedicadas a los cultivos de regadío principalmente en las vegas de los cauces fluviales, destacando el valle del Guadalhorce, Antequera y la Axarquía. Asimismo, durante este periodo aumentó el territorio dedicado al cultivo de cítricos (8.045 hectáreas), los invernaderos (1.210 hectáreas) y los cultivos tropicales (4.158 hectáreas), estos dos últimos, fundamentalmente, en la zona oriental de la provincia.
Por el contrario, la superficie destinada al olivar se redujo en 1.519 hectáreas, quedando las principales parcelas en la comarca norte -limítrofe con la provincia de Córdoba- y la zona de la Serranía de Ronda. Además, se ha dado un cambio en la explotación de la agricultura, pasando de ser un práctica de carácter extensivo a ser intensivo.
Respecto a la superficie forestal, José Guirado destacó que la provincia mantiene el 92% de las áreas naturales y seminaturales que tenía hace medio siglo, en un contexto en el que ha aumentado la población y la expansión urbanística. Como señaló Trillo, el proceso urbanizador en estos años «ha sido intenso». Sin embargo, y en contra de lo que puede ser la creencia popular, en estos cincuenta años, la superficie arbolada en la provincia ha aumentado en 28.227 hectáreas por factores naturales y artificiales (la intervención urbana a través de programas de regeneración). Un hecho que llevó a Guirado a afirmar: «En materia natural, cualquier tiempo pasado no fue mejor». Un ejemplo es el de Alhaurín de la Torre, donde a pesar del aumento poblacional que ha registrado, también ha crecido la cubierta vegetal en el municipio, lo que, según Trillo, propició que en 1991 apareciese en esta zona una especie como la cabra montés.
Asimismo, José Guirado se congratuló de que en el litoral malagueño los espacios que quedan libres y vírgenes de cemento son suelos forestales: como el paraje de Maro-Cerro Gordo o el propio Arraijanal en la capital.
Embalses
Por otro lado, el estudio desvela que los espacios destinados a embalses y láminas de agua han pasado de 463 en 1956 a 2.618 hectáreas actualmente, lo que supone un incremento del 465,11%.
Aunque los cambios de usos superficiales dentro del periodo analizado han sido intensos -un 35%-, la distribución de los suelos en la provincia ha cambiado poco, según el informe.
Así, la radiografía de la provincia es: el 47,22% de los suelos son territorios agrícolas; el 46,43%, áreas naturales y arboladas; el 4,97%, superficies construidas, y el 1,38%, zonas húmedas y superficies de agua, según el estudio, fruto de dos años de trabajo.
DIARIO SUR