La carretera de Cádiz, sin coches

La estampa es de esas que no será fácil repetir. Toda la carretera de Cádiz quedó ayer cerrada al tráfico y en obras para preparar la llegada de la línea 2 (La Malagueta-Martín Carpena) del metro. Y, al menos de momento, sin que se haya dejado sentir especialmente en la circulación por esta zona de la ciudad.

Los 400 metros que quedaban libres en la avenida de Velázquez, entre la rotonda de Molière y la esquina con Los Guindos, estará cortada un año. Once meses y medio para ser exactos, según explica el director de la Oficina del Metro, Enrique Urkijo. Este será el plazo máximo de afectación de los trabajos en superficie. De manera que, a su juicio, en julio del año que viene las calles de la carretera de Cádiz volverán a la normalidad, y se trabajará sólo bajo tierra.

Unos 80.000 vehículos transitan a diario por este tramo. Salvo los de transporte público y los residentes, el resto lo hará ahora por la avenida de Molière y la calle Pacífico, como vía de acceso al Centro. Y por la avenida de Europa y las calles Horacio Quiroga y Eduardo Toldrá, para salir hacia los polígonos y Torremolinos. Aunque Urkijo aboga por otras dos alternativas que, a tenor de las cifras, cada vez tienen más aceptación: utilizar el transporte público y acceder a la ciudad por la avenida de Andalucía.

No obstante, hasta el 21 de agosto -tras la conclusión de la próxima Feria de Málaga- se permitirán dos carriles de acceso hasta la glorieta de Los Guindos, al objeto que los conductores se acostumbren a los nuevos itinerarios. De esta forma, los trabajos se acometerán sobre todo en la mediana y en los viales del lateral izquierdo (sentido a Torremolinos).

El principal hito de este tramo será la construcción de la estación de Puerta Blanca, hacia la mediación del recorrido, lo que justifica la duración de los trabajos.

»Parking»

Para paliar la pérdida de estacionamientos en la parte final de la avenida de Velázquez, la concesionaria de los trabajos ha realizado un aparcamiento sobre una parcela junto a las cocheras de Portillo, con más de 200 plazas. En el terreno terrizo se ha instalado un sistema de drenaje de las aguas de lluvia, para evitar la formación de charcos.

El inicio de una nueva fase de los trabajos en la zona no despertó especial interés entre los vecinos, ya acostumbrados a ver las máquinas frente a sus casas. Junto a la rotonda que da acceso a la avenida de Molière, Francisco Martín, vecino de la barriada Virgen de Belén, leía el periódico en su día de descanso. A su juicio, deben habilitar mejores accesos y sistemas de reconocimiento para los residentes, que evite tener que dar explicaciones al agente de guardia. «Que le pongan una pegatina a los coches», reclama. Considera que una obra de esta envergadura es lógico que cause molestias, pero confía en que sea muy beneficiosa para Málaga.

José Ruiz, residente en la avenida de Molière, exige que se controle el uso por parte de los vehículos privados de los carriles bus, para evitar retrasos. «No hay más remedio que coger el autobús porque en coche ya es imposible». Considera que será beneficioso, pero reclama más presencia policial para evitar problemas circulatorios.

La línea 2 del suburbano se encuentra en este momento en torno al 30% de ejecución, por lo que su conclusión no será una realidad al menos hasta finales de 2009. Su tramo final sigue siendo una incógnita. Enrique Urkijo recordó que aún se está negociando cómo se acometerá el trazado por el Centro y con qué método constructivo. La duda previsiblemente se despejará después de verano.

DIARIO SUR