Miguel Ángel reina. Málaga
El ensordecedor estruendo de tres pistolas quebró ayer la tranquilidad de la tarde paleña y llevó la incertidumbre a los vecinos de la popular barriada capitalina, que no daban crédito al suceso que acababan de presenciar, más propio del mundo del celuloide que de la cotidianeidad malagueña.
Eran las 17.15 horas. Una veintena de clientes disfrutaba de la sobremesa en el restaurante Carrasco, en el número 2 de la calle Quitapenas, cuando un grupo de entre seis a ocho jóvenes llegó súbitamente al lugar a bordo de cuatro motocicletas. Tres de ellos desenfundaron sendas pistolas y comenzaron a disparar, al parecer contra un grupo de jóvenes mejicanos que había llegado apenas diez minutos antes al local para tomar una copa sentados en su terraza.
Los gritos de la mujer del dueño y de uno de sus hijos, que atendían las mesas, alertaron al resto de clientes, que se tiraron rápidamente al suelo para evitar ser heridos en la refriega. Entre ellos se encontraban un grupo de cinco señoras de edad madura, una de las cuales relató a La Opinión que "de repente noté unos cristales en la espalda. Me pregunté, ¿esto que es? Escuchamos como ruidos de petardos y salimos corriendo para el interior del local".
José Antonio Ortega, propietario del restaurante, explicó: "Todo fue muy rápido. Apenas duró unos dos o tres minutos. Los agresores actuaron a cara descubierta, pero con los nervios ni nos fijamos en sus caras, sólo en las armas que empuñaban. Realizaron entre ocho y diez disparos, pero no llegaron a herir a nadie", aseguró.
Lo extraño del caso, aseveró el industrial, es que los disparos se efectuaron a una distancia de entre quince a veinte metros, por lo que resulta increíble que no alcanzaran a nadie salvo que su objetivo fuera únicamente el de amedrentar a las víctimas. "Al principio creímos que eran armas de fogueo, pero luego nos dimos cuenta de que eran reales", comentó Ortega.
Los agresores se dieron a la fuga tras el suceso por el pasillo existente junto al Colegio de la Milagrosa, lo que hace pensar a los investigadores que conocen bien la zona. Efectivos de la Policía Local de Málaga se dirigieron de inmediato al establecimiento y recogieron en el lugar de los hechos entre ocho y diez casquillos de bala aunque no observaron un solo impacto en la fachada del restaurante o los alrededores, según confirmaron fuentes policiales.
Los agentes identificaron a las presuntas víctimas de la acción armada y los condujeron a las dependencias de la comisaría provincial para tomarles declaración. También recabaron testimonios de lo ocurrido entre los clientes del restaurante y vecinos que presenciaron los hechos.
Efectivos del Grupo de Homicidios y de la Policía Científica se desplazaron así mismo al lugar para realizar una inspección ocular más minuciosa y se han hecho cargo de las investigaciones para tratar de esclarecer los motivos de la agresión e identificar a los autores. Aunque por el momento la policía no baraja hipótesis alguna, a la espera del resultado de la toma de declaraciones, fuentes policiales indicaron que podría tratarse de "una "advertencia más que de un "ajuste de cuentas".
LA OPINION DE MALAGA