SAN ANTON se juega las margaritas

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SAN ANTON se juega las margaritas

 

La noticia de la declaración de MONUMENTO NATURAL por parte del ayuntamiento, cuyo trámite de urgencia solo aplica a las obras de aeropuertos, autovías y altas velocidades, titula a favor de la junta la cresta del monte  San Antón y en concreto unas hectáreas que se antiguamente se argumentan, con una rentabilidad política por la  “…prohibición de no construir por encima de la cota +250”. Debo aclarar al lector que esta imaginaria línea topográfica sobre el nivel del mar se haya aproximadamente a la altura de Pino Rojo y que por encima de ella existen más de cien viviendas construidas, en una zona que controla urbanismo. Con esta dudosa declaración para proteger a partir de la cota + 350, si bien legislaría la cima del monte esto es a costa de dejar como rústico el resto de la cara norte y el Arroyo Jaboneros.

 Y ahora qué?  La más que dudosa protección que pretende la administración ya con la titularidad pública bajo el brazo, no estima el resto del monte.. Hay que recordar que lo poco verde que espontáneamente brota se puede aprovechar para el pastoreo indiscriminado de cabras y cerdos, con la pérdida de cubierta vegetal y el consiguiente aumento de la erosión en todo el cerro por muy numerosos que sean los vertederos de escombros que existen y generalmente en los vasos de las cañadas con la consiguiente contaminación de nuestros acuíferos y retención de escorrentías, lo que aumenta el riesgo de inundaciones y ojala que llueva, en la ciudad.

Porque para que se sepa, se encuentran más que compensados los anteriores propietarios del cerro, por un hipotético derecho a urbanizar en otro lugar cercano a la ronda éste con unas permutas de volúmenes más que generosas, con la clasificación que del suelo hace el PGOUM en Miraflores Alto y en la antigua Finca Perea, actualmente se construyen bloques de viviendas y una urbanización de lujo respectivamente. Pero esto no se debe especialmente a lo inestable que resulta la cresta ya que por encima de esta cota se halla una capa superior de rocas carbonatadas de tipo calizo de hace 200 millones de años, formadas por depósitos marítimos que se pueden desprender con facilidad, debido a la constante erosión.

 La falla que corta transversalmente de este a oeste, que se observa desde La Mosca en forma de farallón rocoso de ocres pincelados con catedralicios rojos aportan dificultades en su cimentación con costosos métodos en la construcción de muros de hormigón encareciéndoles la promoción y en resumen inviable esta zona como un buen lugar para urbanizar pero sí para una la falaz partida del viejo juego monopoly, en un cambio de edificabilidad en los cada vez más escasos y tan ricos ecosistemas naturales que hay en Málaga..  y  es que este monte privilegiado por su situación frente al mar, sus tres cimas (llegando la central a los +502 metros), favorecido por el Mediterráneo, contorneada su falda por el arroyo Jaboneros, con sus cantiles y sus antiguas grutas marinas, conforman un especial contacto digno de una gestión más eficaz que la actual donde ya se encuentra todo parcelado y preparado para urbanizar como en las casillas del siniestro tablero.

Convencido como estamos de no haber permutado la ya fagotizada cañada real Cerro de Letría a cambio de su nuestra titularidad la pública que conlleva estos pasos de ganado como el cambia huevos por gallinas.

Por otro lado el Parque Lagarillo, que nunca fue una cesión onerosa del su antiguo propietario, el mismo día que recibía el ayuntamiento la cesión, conseguía una sustanciosa calificación de los terrenos aledaños con la clasificación de gran parte del monte como zona urbanizable, utilizando los accesos de la Urbanización Pinares de San Antón para su ampliación. De oca a oca y tiro porque me toca.

De Edmond Boissier nos quedan apuntes botánicos de la grandeza del cerro y la riqueza del arroyo que se transcribieron en el año 1837 en su obra "Narración y denominación", asimismo en un estudio sobre sus insectos (Cobos, 1949) se califica a este cerro como de "Coto entomológico" por su gran riqueza y variedad. Con todo, no podemos contar con el gran aula de la naturaleza donde observar entre otros un árbol que se creía desaparecido hasta hace poco y con el que se está repoblando la sierra de Cartagena.

Debido a su transformación y posterior abandono, los sucesivos cambios agrícolas a que fue sometido por las distintas culturas: bosque original -encinar-, olivos, almendros, algarrobos, repoblaciones de coníferas… (Podíamos encontrar gran variedad de especies vegetales y animales, antaño tan abundantes en toda la franja litoral Mediterránea esta importancia que su ecosistema tenía, serviría para que la Agencia del Medio Ambiente incluyera al Cerro de San Antón en el "Catálogo de Zonas de especial protección para el Camaleón", en el año 1.991).

Con todo esto se puede entender que, si bien desde un punto de vista estrictamente ecológico, esta declaración de MN podría catalogar el valor del medio, desde la óptica de la biodiversidad si que teníamos un espacio, dada su variedad vegetal y animal, de gran valor natural al mantener un importante intercambio genético con diversos espacios naturales de su entorno, además del significado que tiene este emblemático cerro para los vecinos de la barriada paleña, pero que más pertenecen a los vecinos de Jarazmín y a de La Mosca, de Pedregalejo y de to er mundo mundia.

La apertura de nuevos carriles para edificar y el movimiento de grandes cantidades de tierras es muy evidente sobretodo en la cara de levante.  Allí se encuentra para las venideras, una edificación de un ruso con cuatro plantas en el suelo no urbano con una promesa de demolición,  esto no se lo creen ni los del “algarrobico” en el Cabo de Gata

 Estos movimientos de tierras para nivelación y aprovechamiento vienen acompañados de parcelaciones ilegales, que se permiten impunemente en suelo no urbanizable, mediante la formula de transformación del regadío y la posibilidad de edificar que se otorga, evidenciando un daño importante pues el impacto no es solamente visual, como el que nos coló la nueva torre de cementos Goliat, sino definitivo.

Esto también ocurre con la realización de bancales para  cultivos que se realizan en las cercanías del Jaboneros sobre todo en la cara norte, donde existen viejos lagarillos y molinos abandonados como testigos carcomidos de un pasado más de acorde con olores añejos a pasas y verdiales que para cambio de más cultivos de aguacates con estos terreno ya abancalado para su mejor aprovechamiento, con menor atención que los tradicionales, algunos incluso abandonados son utilizados para practicar el sonoro deporte de la motocrós, actividad muy con gran impacto eminentemente perjudicial sobre todo en época de reproducción y cría, así como la pérdida de suelo por una erosión acelerada y embragada.

También hay que recordar que ésta zona se encontraba (como declaración de intenciones), dentro de los planes previstos de reforestación del Plan Forestal Andaluz, con distintas modalidades para su consecución, así como por el Plan Especial de Protección Ambiental de la lentísima diputación, calificados de Corrección Hidrológica y Protección al Paisaje con el fin de evitar la pérdida de suelo por escorrentías y que se han quedado en agua de borraja.. papel mojado.

Las escaladas libres en los cantiles por parte de estos malos aficionados que molestan aves y evitan la puesta de los nidos tradicionales. Caza indiscriminada y furtiva se encarga del resto. Aún es corriente practicar el reclamo con redes y todavía en algunos bares se pueden comer pajaritos fritos que por supuesto no voy a dar nombres. La nefasta campaña contra los zorros en los primeros años 80 con el empleo de cebos envenenados acabó con otros muchos carnívoros y por ende cadena de inocentes sinergias.

 Pero sin duda la mayor carnicería que produce la todopoderosa industria inmobiliaria, que juega en casa, ya se sabe la banca siempre gana, como un impasible convidado que mantiene un modelo el modelo años 60 para seguir erre con erre la construyendo viviendas unifamiliares, unas aisladas, otras “acosadas” superando en densidad la falacia de la connivencia para haberlo solicitado al Pleno municipal

Adiós a la triste cota +250, tan denostada y fijada como margen urbanístico (con el consiguiente riesgo de formación de núcleo urbano) ya la pérdida de este espacio “natural” es definitiva.

Y si no lo creen, suban y vean y cuenten.. con tantas margaritas la industria se volverá omnívora.

El inconveniente de encontrarnos en este suelo, regulado por el lentísimo ayuntamiento, en la mayor parte del cerro, es el de la continua parcelación que existe sobretodo él se siguen permitiéndose edificaciones incluso en parcelas pequeñas resultantes de antiguas segregaciones, para aquellos suelos de regadío que aunque en secano, su transformación solo requiere la apertura de nuevos pozos y esto hoy ya, con los nuevos métodos se consiguen mayores profundidades. Proliferan por doquier con un gran coste para los escasos acuíferos subterráneos y veneros de por sí ya sobreexplotados están cada vez más salinizados ante la cercanía de la mar. 

Por último, como en casi todos los juegos de tablero, alguien hace trampas y utiliza malas artes, de la gran especulación a que está siendo sometido el monte son sintomáticos los últimos incendios, porque a río revuelto ganancia de pescadores. El de septiembre de 1.993, calificado como provocado con nocturnidad y alevosía, evidenció la falta de previsión, el abandono de este cerro por una administración incompetente que intenta solucionar la ineficacia de un servicio de extinción, no especializado en estas cuestiones, con la apertura y acondicionado de nuevos carriles para la protección civil y que faculta el asfaltado de los mismos con la proliferación de los “hotelitos” rurales y que ahora están de moda.  Por fortuna un cambio del viento, hizo que se pararan las llamas justo antes de tocaran las casas de los vecinos para alivio de muchos. Pero el mal estaba ya echo y el monte chamuscó gran parte de su cara norte.

Después de la cariñosa reforestación por parte de los volcados vecinos, más voluntariosa que práctica, con una afluencia masiva nunca vista, en lo que fue un día festivo, con la plantación de especies autóctonas facilitadas por la AMA y el entonces IARA, en la zona incendiada a modo de autoinjerto de piel,  y cuando mejor se encontraba … otro incendio en julio del 01 arruinó las expectativas de regeneración.

O sea que ante la incompetencia demostrada por este exce-lentísimo ayuntamiento en la gestión de los espacios naturales, en la cuestiones ambientales, la poca experiencia en estos asuntos, lo que realmente heredamos, con la cacareada titularidad de la cresta, es un auténtico tizón degradado rodeado de una tipología color azul. Sería mejor procurarle una adecuada partida para su mantenimiento y gestión que una figura de protección legal o declaración de intenciones, como un traje invisible a medida, para este espacio tan privilegiado y con tantos novios.

A favor de la Consejería de Medio Ambiente que para eso está, sería lo más indicado que interviniera, por sus medios y su mejor capacidad legal y administrativa. Teniendo en cuenta que el Parque Natural de los Montes de Málaga se encuentra tan solo a 1.800 metros del cerro, podría conseguirse una eficaz e interesante competencia, no competitividad con su ampliación para que incluyera en el ámbito señalado toda la cuenca del Arroyo Jaboneros.

La conservación de este enclave necesita urgentemente una adecuada reforestación y su mantenimiento que se consiga su definitiva valoración, potenciando sus valores naturales, las actividades tradicionales y demás aspectos lógicos, se dispondría de una puerta abierta a la Naturaleza en el Jaboneros y para Pedregalejo, La Mosca, El Palo..   una puerta al Parque Natural de los Montes de Málaga-Cerro de San Antón.

A no ser que solo sea una figura de madera pintada, con el traje de MONUMENTO NATURAL, San Antón está más bonito que un sanguis. La mala gestión hace ineficaz la regulación de este enclave sometido a poderosos intereses especulativos, acabarán con las margaritas y los políticos se quedarán para eso de vestir santos.

 

Noviembre de 2.007

José Enrique Martínez de la Ossa