Según informó ayer la Policía Local en un comunicado, los jóvenes, cinco de ellos menores de edad, fueron sorprendidos a la una de la madrugada de ayer después de supuestamente causar daños y sustraer mobiliario público, que ocultaron en una caseta de jardinería.
En el interior de la caseta, los agentes municipales encontraron varios objetos que presumiblemente habían arrancado de un parque infantil situado en la playa en la calle Quitapenas, en la barriada de El Palo.
Los jóvenes presuntamente metieron estos objetos en el interior de la caseta, junto con varios cartones y bolsas con papeles a las que prendieron fuego, añadió el comunicado municipal.
Otras fuentes apuntaron que en total habría una decena de implicados -seis de ellos quedaron detenidos- y resaltaron el papel de la colaboración ciudadana para la resolución de este caso, ya que la Policía Local había recibido numerosas quejas de vecinos de la zona ante el aumento de los actos vandálicos.
Parques abandonados
La actuación policial viene a calmar la sensación de impunidad que reina entre los residentes de esta barriada. Paco Leal, vecino de El Palo e histórico representante vecinal, corrobora que el barrio da cabida a lo que califica como «grupos de jóvenes energúmenos», fácilmente identificables, para los que pide una actuación contundente antes de que sea peor. Los parques y el mobiliario urbano de las plazas son su objetivo prioritario, y critica que el material no se repone. «Están muy abandonados, son como solares».
Los sucesos son frecuentes. «El viernes pasado en la calle Miguel Moya la Policía municipal tuvo que intervenir porque había un grupo de niños de apenas 12 o 13 años con bates de béisbol, peleándose y armando escándalo», dice. A juicio de Leal, «no hay voluntad política para solucionar que grupos de chavales tengan en jaque a todo un barrio. En cualquier país europeo romper una papelera cuesta más que atracar un banco».
Bancos arrancados, pintadas… El presidente de la asociación de vecinos de El Palo, Santiago González, corrobora que los destrozos del mobiliario urbano son habituales. Según explica, cuando se tiene conocimiento de estos hechos el colectivo remite un escrito a la junta de distrito para que se reponga.
González reclama más presencia policial y critica que la vigilancia a pie de calle es muy escasa. Confía en que la intervención de la madrugada de ayer sirva, al menos, de escarmiento.