El vicepresidente de los empresarios del gremio, Juan Reina, explica que de julio a septiembre el índice de ocupación de los geriátricos se dispara. «Hay mucha más actividad, sobre todo recibimos un gran número de solicitudes de información de gente que se quiere ir de vacaciones y necesita un lugar donde dejar al anciano», relata, al tiempo que subraya la dificultad de encontrar un hueco libre en los centros públicos o concertados con la Junta de Andalucía. «En agosto es muy complicado, aunque no imposible. Eso sí, el que quiera una plaza debe acudir a centros privados de alto nivel cuyo precio puede alcanzar los 2.000 euros mensuales», apostilla. Todo un varapalo para el bolsillo.
Saturación
Las palabras del vicepresidente de Artema reflejan el sentir generalizado del sector. De hecho, todos los establecimientos consultados por este periódico corroboran la saturación que padecen los geriátricos durante el estío.
Residencias Calderón es una de ellas. «Estamos al 100% como los hoteles, con »overbooking». La demanda es altísima todo el año, pero desde julio es cierto que la situación se complica aún más», indica la responsable de este complejo, María Ruiz. Y continúa: «En verano la lista de espera se duplica con creces. En cuanto que se queda una plaza se ocupa enseguida».
Respecto a los motivos que propician el aumento de solicitudes, Mari Paz Dovado, gerente del centro Juan González, añade un tercero a los dos ya citados: «Hay muchas familias que se marchan de viaje, pero también hay malagueños empleados en el sector turístico y, por tanto, durante esta temporada es cuando están trabajando a destajo, lo que les impide asumir los cuidados del mayor», señala.
Ante este escenario, las residencias destacan el alza de clientes que les reclaman alojamientos de corta duración para cubrir las necesidades especiales generadas en verano. En este sentido se expresa el director de SAR Torrequebrada, Tomás Gayo: «En estas fechas crece muchísimo (entre un 10 y un 15%) este perfil de estancias temporales, que generalmente duran entre una semana y 20 días».
El imparable envejecimiento de la población hace que cada vez sean necesarios más recursos sociosanitarios para atender adecuadamente a los ancianos. Al respecto, los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística revelan que en la última década el volumen de mayores de 85 años casi ha llegado a duplicarse. De esta forma, actualmente son 20.542 los malagueños que integran este grupo de la tercera edad, frente a los 12.705 que había hace diez años. Porcentualmente, esta última cifra representa al 1,35% de la población de la provincia, que supera en estos momentos el millón y medio de habitantes.
Las cifras engordan si se contempla el grupo poblacional de mayores de 60 años. Según la última revisión del padrón, uno de cada cinco malagueños (el 19,2%) atesora más de seis décadas de vida. Así, de los 1.517.523 habitantes de la provincia, 292.801 sobrepasan esa edad.
Déficit de recursos
El problema, como denuncian al unísono los empresarios del sector, es que a Málaga, el traje de centros de mayores se le ha quedado pequeño. «Hay un claro déficit de recursos, tanto de plazas fijas, como de residencias temporales y unidades de estancia diurna», critica el vicepresidente de Artema, Juan Reina.
Según los datos facilitados por la delegación de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía, la provincia suma actualmente 6.536 plazas acreditadas en geriátricos. De ellas, 2.065 están concertadas y unas 500 se ofertan en los tres centros propiedad de la Junta (ubicados en Estepona y El Palo). El resto de plazas, 4.471, están repartidas por el centenar de residencias de gestión privada.
Junto a ellas, Málaga cuenta con 1.056 plazas para asistir a los mayores en unidades de estancia diurna -la mayoría de ellas (642) financiadas por el Gobierno andaluz- y 49 plazas de respiro familiar (programa diseñado para aliviar a las familias del cuidado del anciano durante periodos cortos, de un mes). Sobre el déficit de recursos, la Junta recuerda el esfuerzo realizado por ampliar su dotación. Así, a lo largo de 2008 se crearán 425 plazas en residencias y 242 en estancia diurna.