MIGUEL FERRARY. MÁLAGA El ahorro de agua que se ha experimentado en la ciudad ha tenido unos efectos beneficiosos en las exiguas reservas de Málaga. Sin embargo, también presentan un reverso negativo con un notable descenso de los ingresos de la Empresa Municipal de Aguas (Emasa), que se encuentra con sus arcas mucho más vacías y teniendo que afrontar importantes inversiones en infraestructuras y los costes de su actividad. El resultado es que la sociedad presentará para septiembre una subida de las tarifas para 2009 y compensar así el 25% menos de ingresos respecto a otros años.
El gerente de Emasa, José Luis Rodríguez, explicó que en los últimos dos años se ha conseguido reducir el consumo de agua en la ciudad un 20%, cifra que ha continuado este año con otro 5%. Esto ha tenido un efecto directo a sus cuentas, con pérdidas de cinco millones de euros en sus ingresos para este año y de cerca de doce millones respecto a lo que ingresó en 2005.
"Durante el año pasado y éste hemos sobrevivido mediante la venta de terrenos de Emasa para tener ingresos extraordinarios, gracias a provisiones de fondos que habíamos hecho y recortando los gastos, pero ya estamos sin mucho más margen", señaló el gerente de Emasa, quien apuntó a los importantes gastos de mantenimiento que genera la vital planta depuradora del Atabal.
La subida de las tarifas para el año 2009 es la única posibilidad que les queda para solventar el próximo ejercicio con cierta viabilidad. No obstante, Rodríguez advierte de que en un futuro próximo esta medida tendrá que ser aplicada para financiar obras de infraestructuras. "Nosotros vamos a seguir negociando para que la Junta y el Gobierno sigan aportando una parte importante, pero cada vez ponen un porcentaje menor", asegura.
Un claro ejemplo de esta pérdida de apoyo está, como explica el gerente de Emasa, en que la entidad estatal Acuamed (Aguas de la Cuenca del Mediterráneo) está reduciendo la aportación de dinero en las distintas obras de infraestructuras que se acometen. Su predecesora Acusur, hace diez años, llegaba a aportar el 75% de las inversiones, mientras que en el caso de Acuamed, que ha asumido estas inversiones, ronda entre el 35 y el 25%. Eso obliga a que los ayuntamientos asuman una parte mayor del gasto, que tendrán que repercutir en la factura.
La parte positiva es que estos incrementos para inversiones no tienen una repercusión muy fuerte en la factura diaria del consumidor. En la actualidad el malagueño abona dos cánones por infraestructuras, aplicados desde 1992 y desde 2005, que suponen cinco céntimos por metro cúbico.
Este dinero sirve para financiar actuaciones de mejora en la planta depuradora del Guadalhorce, las estaciones de bombeo de las zonas este y oeste, colectivos y la acometida principal de Teatinos, así como el cubrimiento de la depuradora del Guadalhorce para reducir la emisiones de malos olores a la atmósfera.
Aplicar cánones especiales en las tarifas del consumo ciudadano a parece que va a ser una medida que poco a poco se va a ir extendiendo en España, en tanto que una directiva de la Unión Europea (UE) recomienda repercutir todos los costes de infraestructuras en la factura final. Sobre el caso de España, la UE incide en que el coste del consumo, pese a ser un bien escaso, es mucho más bajo que la media europea al apoyarse todo en inversión pública directa.
Medidas para la sequía. La carencia de recursos para atender el consumo de la ciudad más allá de marzo ya ha obligado a Emasa a pensar en las medidas a adoptar si no se producen lluvias este otoño. José Luis Rodríguez indicó que para principios de noviembre se van a diseñar los planes de restricciones en el suministro, que se aplicarían a principios de año de no aumentar las reservas.
Aunque no descartó los cortes de agua, en un principio se apuesta más por reducir la presión como primera medida, lo que afectará especialmente a los edificios más altos y a algunas zonas de la ciudad.