Tras dos días en los calabozos policiales y después de ser sometido a distintos exámenes psiquiátricos por los médicos forenses para valorar su estado mental, el detenido fue trasladado a la Ciudad de la Justicia a primera hora de la mañana de ayer.
Tras prestar declaración, ser visionadas las imágenes del suceso captadas por las cámaras de videovigilancia situadas en la principal arteria del Centro Histórico de la ciudad y conocer el dictamen de los peritos sobre la salud mental del detenido, el juez decidió enviar a la cárcel a Antonio B. M.
Regina Gómez, abogada de la familia de Antonio B. M., explicó ayer que el hombre está bajo tratamiento desde diciembre de 1998, fecha en la que se le diagnosticó «un trastorno delirante de tipo persecutorio con un proceso de deterioro psicopatológico de varios años».
Empeoramiento
Según Gómez, ante «el empeoramiento de su estado mental», la familia había solicitado un cita en el centro de especialidades de Cártama, que había sido fijada para este mes de septiembre, pero «llega tarde», ya que «su situación había escapado ya al control de sus familiares», añadió. Por todo ello, la letrada solicitó el ingreso de Antonio B. M. en un centro psiquiátrico al juez de guardia, al que entregó toda la documentación clínica. Pese a ello, la decisión final del magistrado fue enviarle a la cárcel, medida que había solicitado el fiscal.
La letrada expresó «la preocupación de los familiares» por el estado de las víctimas y trasladó en su nombre «su más sentido dolor a todos los afectados». Del mismo modo, aseguró que, en su opinión, los indicios muestran, que «fue un intento de suicidio, del que, lamentablemente, han salido perjudicadas más personas».
Anuncio de suicidio
Regina Gómez añadió que «evidentemente no se hubiera producido (el suceso) si no hubiera padecido esta enfermedad, puesto que no conocía a las víctimas de nada». En ese sentido, recalcó que un testigo presencial de los hechos y profesional sanitario habría atribuido su comportamiento a «la locura».
Como ya adelantó este periódico, horas antes de cometer los atropellos, el conductor detenido había anunciado en un foro para policías nacionales en Internet que se iba a quitar la vida. Bajo el encabezado «Voy a suicidarme», Antonio mostraba su desesperación y criticaba con dureza su detención el pasado mes de julio tras un altercado que protagonizó en un Opencor situado frente a Carlos Haya. No le dio tiempo a leer lo que otros foreros opinaban. Un minuto después de ocurrir los hechos, según fuentes de la Comisaría Provincial, agentes de la Policía Nacional lo arrestaron.
«A por los peatones»
Las cámaras de videovigilancia instaladas en la calle Larios fueron testigos mudos del suceso, pero las imágenes que captaron, que se encuentran a disposición del juzgado, han revelado ahora que el autor de los atropellos «perseguía a los peatones». Así lo desveló ayer el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, quien dijo que «gracias a esas imágenes, tenemos noticia de cómo pretendía dañar a los viandantes».
Por otra parte, las dos mujeres heridas de gravedad ingresadas en la UCI del Hospital Carlos Haya se encuentran en estado de coma y precisan de respiración asistida. Se trata de una turista alemana de 42 años, que presenta un traumatismo craneoencefálico y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente el pasado sábado. La otra mujer, también turista, es de nacionalidad italiana, y está afectada igualmente de traumatismo craneoencefálico.
Antonio B. M, de 42 años, no estaba casado y vivía solo en un piso en una urbanización situada detrás de Carlos Haya y próxima al Opencor situado en la zona, del que era cliente habitual y donde hace dos meses protagonizó un incidente, según relató el mismo en Internet. Sus vecinos lo han calificado como un hombre educado, pero reservado. El vecindario tampoco conocía que Antonio era un guardia civil retirado, ya que nunca habló de su vida ni de su trabajo.
Natural de Alhaurín el Grande, el último destino de Antonio B. M. como miembro de la Benemérita fue la Agrupación de Tráfico de Lorca (Murcia). En el año 2003 fue dado de baja en la Guardia Civil por inutilidad física y fue declarado no apto para el servicio. El autor de los atropellos no tenía antecedentes penales, pero sí policiales por intento de homicidio en 1998, según fuentes de la Comisaría Provincial de Málaga. Además, tiene pendiente un juicio por el altercado protagonizado en el establecimiento Opencor el pasado mes de julio.
La mañana del sábado A. B. M. irrumpió con su vehículo a toda velocidad en la calle Larios arrollando a todas las personas que encontró a su paso. Cruzó la calle de una punta a la otra, dio la vuelta en la plaza de la Constitución y volvió a atropellar a los peatones, según relataron los conmocionados testigos.