EP MADRID Los glaciares de los Pirineos desaparecerán en menos de 50 años debido al aumento progresivo de temperatura en la Tierra, según un estudio facilitado por el Servicio de Información y Noticias Científicas. Este trabajo, publicado en la revista ´The Holocene´, consta de una recopilación de datos del glaciarismo actual e histórico. El estudio abarca las tres áreas de alta montaña glaciadas en la Península Ibérica en época histórica y la evolución del proceso de deglaciación hasta el presente. Así, investigadores de la Universidad de Cantabria, de la Autónoma de Madrid y de Valladolid han realizado una síntesis sobre el estado actual de los Pirineos, de Sierra Nevada y de los Picos de Europa.
El informe revela por primera vez que sólo los Pirineos constan ya de glaciares activos, mientras que alerta del aumento de 0,9 grados centígrados de la temperatura registrada en 1890 en comparación con la temperatura actual.
Glaciares. En la actualidad, sólo existen 21 glaciares en los Pirineos (10 en el lado español y 11 en el francés) que ocupan una superficie de 450 hectáreas. En 15 años, los cálculos glaciológicos han demostrado que el rápido derretimiento ha provocado la regresión total de los glaciares más pequeños y de un 50-60 por ciento de la superficie de los más grandes.
Según este estudio, entre 1880 y 1980, al menos 94 glaciares se han extinguido en la Península Ibérica y desde la década de los 80 hasta hoy han desaparecido 17 de los glaciares restantes. "Los glaciares son sensibles geoindicadores del cambio climático, y elementos de alto valor patrimonial, en claro proceso de fusión y por tanto, de previsible desaparición", destaca el investigador principal de este estudio y profesor de la Universidad de Cantabria, Juan José González.
Los glaciares que han existido en las montañas de la Península Ibérica se formaron en la Pequeña Edad del Hielo. El periodo más frío y que registró la mayor extensión de glaciares en las altas montañas españolas sucedió entre 1645 y 1710.
Formación. Entre 1750 y los primeros años del siglo XIX, los pequeños glaciares sufrieron una recesión en los Pirineos, aunque pronto se recuperaron gracias a un nuevo periodo de bajada de temperaturas. Sin embargo, de esta fase a nuestros días, las temperaturas han ascendido entre 0,7 grados y 0,9 grados centígrados en las montañas del norte de España, mostrando los efectos del calentamiento global.
Los primeros testimonios sobre la existencia de glaciares en los Picos de Europa se encontraron en apuntes de geógrafos, naturalistas y viajeros a finales del siglo XIX. Estudios recientes han demostrado que existieron glaciares cantábricos en época histórica, localizados siempre en las caras norte de las cimas más altas, y bajo un clima oceánico en altitudes "extremadamente" bajas, de 2190 a 2600 metros de altitud.
Sierra Nevada. En Sierra Nevada, los científicos han constatado la existencia del glaciar más meridional de Europa durante la Pequeña Edad del Hielo, bajo unas condiciones climáticas mediterráneas, y donde los factores fueron la altitud, la orientación (cara norte) y las condiciones topográficas en relación a la acumulación de nieve. Este glaciar desapareció a principios del siglo XX. En este sentido, el ascenso térmico registrado favoreció su fusión hasta transformarse en un pequeño "lentejón" de hielo enterrado bajo un denso manto de derrubios.