ÁNGELES CASTELLANO G. – Sevilla – 19/09/2008 Todos los flamencos quieren estrenar en la Bienal de Sevilla". "La historia del flamenco se escribe en la Bienal". "La Bienal es el lugar en el que se exhiben por primera vez todas las tendencias del flamenco". Son los lugares comunes en torno al festival de festivales en el flamenco que desde el pasado 10 de septiembre hasta el próximo 11 de octubre llena todos los espacios escénicos de la capital andaluza, y sin embargo, responden a la realidad. La edición de este año, que hace la número 15, presenta en programación oficial 56 espectáculos, de los cuales 26 son estrenos, además de la gala de inauguración, preparada en exclusiva para la ocasión. "La Bienal de Flamenco de Sevilla es el festival de flamenco más reconocido", explica Chloé Brûlé, bailaora que, junto a Marcos Vargas presentó el día 11 en el Teatro Central su espectáculo TI ME TA BLE (o el tiempo inevitable) . "Es el mejor escaparate que hay", añade su compañero de tablas.
Por Bloguerias |
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"Es una verdad como un templo que no hay artista que no quiera estar en la Bienal de Sevilla, y esto no admite ni dudas ni replicaciones". Así de tajante se muestra Francisco Perujo, que dirige la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, órgano dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía que participa en la Bienal desde su presupuesto y desde la producción, apoyando a través de subvenciones a una veintenta de los montajes que se presentan en esta edición.
La Bienal de Sevilla es una cita obligada para el flamenco por el público, según explica Domingo González, director del certamen, que en su mayoría es local, conocedor y muy crítico con los artistas. "A mí me sudan las manos aquí", decía la cantaora Estrella Morente en la presentación de su espectáculo Dulce Estrella, que junto a la cantante portuguesa Dulce Pontes ha paseado durante todo el verano por la geografía española y cerró su gira en Sevilla el pasado 13 de septiembre. "Aquel que ha sido programado por la Bienal de Sevilla debería tener las puertas más fácilmente abiertas en todos los demás sitios, porque ya el mundo del flamenco reconoce que ha pasado el filtro de la selección artística, el sello", añade Juan Ruesga, arquitecto y presidente de la asociación Plataforma Cultural Andaluza, que aglutina a artistas del sector flamenco y otros sectores culturales, con sede en Andalucía y que en esta Bienal coordina unas jornadas para reflexionar sobre el papel empresarial y económico del flamenco.
Una ocupación media en los teatros del 97% en su primera semana de recorrido, tres cuartas partes de las entradas vendidas, 283 periodistas acreditados, y una página web visitada desde 95 países del mundo es el primer balance del Ayuntamiento de Sevilla hecho público el pasado jueves. Un éxito sin precedentes en la historia del encuentro que se marcó en esta edición el objetivo de vender alrededor de 45.000 entradas (a la venta hay 51.417). La cantidad de entradas vendidas no deja de ser nimia comparada con las 50.000 que, para su reciente concierto en Sevilla, vendió Madonna en pocas horas.
Arte para minorías, cada vez más visible
Una de las maneras de lograr una mayor visibilidad de los espectáculos flamencos en el mundo, objetivo de las administraciones tanto andaluza como central, es precisamente fomentando el encuentro entre compañías y programadores nacionales e internacionales en la Bienal. Un encuentro con programadores que, sin embargo, no depende del festival sino de las propias compañías. "Sólo para el espectáculo de Israel Galván tenemos convocados a unos 30 programadores desde Aviñón, Burdeos, Ámsterdam, Nimes…", explica Cisco Casado, de ANegro Producciones, que en esta edición de la Bienal, además del espectáculo de Israel Galván El final de este estado de cosas, Redux presenta dos estrenos. "Pero nosotros compramos las entradas para que vean los espectáculos". "Ellos te ponen el espacio y el ambiente pero lo de contactar con los programadores es trabajo nuestro", añade el bailaor Marcos Vargas.
Miguel Marín, productor, distribuidor y organizador del festival anual de Nueva York, Festival Flamenco USA, cree sin embargo, que el papel de la Bienal debe ser el que tiene, ser el escaparate, pero no convertirse en una feria del sector. "No podemos pretender que la Bienal resuelva los problemas estructurales que tiene el flamenco", explica, que en su opinión pasa por la falta de organización industrial de las compañías. Los teatros y festivales trabajan, explica Marín, con dos años de antelación, plazos a los que les cuesta adaptarse a las compañías. "Las producciones tienen que tener una vida que las justifique, no nacer y morir en el estreno", dice. Y para esto, es fundamental que crezcan las empresas dedicadas a la gestión. "Para cuando una compañía estrena, sea en la Bienal o donde sea, ya tendría que tener varias funciones contratadas. Así se reducen los costes y se hace una producción más completa".
Y aunque el sector está cambiando y cada vez son más las compañías, principalmente de baile, que cuentan con el apoyo de un aparato de producción y distribución, bien dentro de la misma o a través de empresas externas como ANegro, el resultado de esa falta de organización y planificación ha sido durante muchos años el talón de Aquiles del sector. "Es cierto que entre los programadores internacionales todavía miran con lupa si verdaderamente se pueden fiar de esta gente, que aparezcan los artistas que han sido contratados y no pongan en el último momento un sustituto de última hora, etc" explica Casado, de ANegro.
Empujón desde la administración
"Nuestros artistas tienen que aprender también a competir como empresas", explica Perujo, de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco. Desde el sector privado, le piden a la Agencia un mayor apoyo a la comercialización. En la actualidad, subvenciona espectáculos a través de la producción del mismo, pero condiciona la entrega del total del monto al estreno y a la contratación de al menos tres o cuatro representaciones, pero no las facilita. "El apoyo a la gira y a la creación de la estructura que hace falta para la distribución no está atendida", explica la bailaora Chloé Brûle.
"A la administración se le pueden plantear varias cosas", explica Ruesga, de la Plataforma Cultural Andaluza. "Su papel debe ser la creación de infraestructuras que favorezcan el valor añadido de nuestra creatividad flamenca". Marín, organizador del Flamenco Festival USA, asiente: "Creo que ahora hay un sistema importante a la producción pero el apoyo a la gira y a crear la estructura que hace falta para la distribución no está atendida lo suficiente".
A pesar de esto, el panorama está cambiando, empujado fundamentalmente por el baile, que comienza a ser atractivo para los programadores internacionales por el componente de raíz y vanguardia que aportan. Y la idea es que vaya a más. "Mi idea es que el crecimiento vaya en torno al Off", explica el director del festival en referencia al programa de actividades paralelas, "que la generación de negocio vaya paralelo a la programación de la Bienal, como ocurre con el Fringe del Festival de Edimburgo o la actividad de las productoras de cine en el Festival de Cannes, que es realmente donde se cuece el bacalao, lo que el sector es capaz de movilizar, por sí mismo, en torno al festival. Ahí hay que llegar y eso no va a tardar más de dos o tres ediciones