ADIOS ASCENSIÓN
Igual que los ecologistas sienten que la tierra es como un organismo vivo, Gaia la llaman, para muchos paleños y paleñas nuetra barriada también es como un ente vivo , con su personalidad, con sus particularidades y su historia, como todo organismo vivo se transforma y evoluciona.
El barrio es como una casa la vecindad es como una familia y esta se relaciona con las demás casas y familias de su entorno.
Quienes viven en este contexto debe preocuparse por las relaciones que se mantienen entre las personas y el medio que las cobija; el barrio. Así todos y todas somos responsables directos de la calidad de vida y de la felicidad y prosperidad de todo el colectivo. Este mismo principio de relación se puede extender al planeta y a la humanidad.
Con estas ideas tan simples y sencillas llegó Ascensión Gómez a nuestra barriada de El Palo, con la cabeza llena de ideas religiosas, pero eran ideas religiosas tan simples sencillas y honestas como era la misma Ascensión, nada tenían que ver sus ideas con los intereses económicos, políticos o las maldades que generan las jerarquías religiosas, ella era una cristiana de base que entendía que hacer el bien escapaba a planificaciones posteriores y actuaciones sujetas a estrategias, con objetivos mayores “que sólo puede entender las mentes dirigentes y Dios”.
Hacer el bien, para ella era levantarse por la mañana y sentir que lo que uno hace y dice te deja tranquilo contigo mismo y en relación con los demás, porque la honestidad y la honradez, presiden esas actitudes y manifestaciones. Palabras tan sencillas como justicia, solidaridad, bondad, honestidad, coherencia y honradez encontraban en la forma de vivir de Ascensión el ejemplo más claro de concreción práctica.
Su forma de llevar a cabo esta actitud ante de vida era entregarse a los demás a nivel individual y a nivel social, como miembro del colectivo barrio que para ella era como la representación del planeta.
A nivel individual , desde su llegada a nuestro barrio, acogió en sus casa a infinidad de jóvenes sin más interés que el de ayudarles a crecer y ser felices y autosuficientes, capaces de construir sus vidas de adultos con buenas referencias éticas y medios para ganarse la vida.
A nivel social participó en todas las actividades encaminadas al desarrollo del barrio, como lugar de relación y desarrollo social. No importaba la tarea, allí estaba ella, igual repartía el Copo que participaba en los sectores del barrio reivindicando las mejoras en las infraestructuras, en las actividades culturales o asistenciales a los más desfavorecidos. Su entrega era absoluta. Ni en las más comprometidas dejó de estar presente; cuando Tejero dio el golpe de estado, una buena parte de la juventud de nuestro barrio nos lanzamos a la calle para protestar enfrentándolos al golpe, cuando llegó la policía muchos se retiraron de las calles, por el lógico miedo a la contundencia que podía tener su entrada, tomaron las calles principales y se entabló una lucha entre la policía y quienes permanecimos en las calles. Defendíamos nuestro espacio público con piedras ante las balas de goma y botes de humo, ni en esos momentos dejo de estar presente Ascensión, su condición pacifista no le impidió estar allí , junto a nosotros, sin lanzar piedras pero esquivando los botes y balas de goma , como los demás, tuvimos que obligarla a retirarse llevándola a la fuerza a la casa de unos vecinos; su orgullo y seguridad en la justicia de aquella actitud de resistencia le impulsaba a ello.
En su vida particular jamás se dejó influir por modas, convencionalismos o seguidismo de cualquier actitud intrascendente y superflua; vestía con ropas sencillas, de colores o sin ellos, no importaba la edad, ella era alegre y jovial y no entendía ni quería entender de lo que era “apropiado” o no para una mujer de su edad, no le importaba si hablaban o no de ella. Se trataba con los jóvenes con la soltura y naturalidad de ellos , era un refugio para todos los que la buscaban y su entrega respondía a la coherencia más férrea con sus principios de justicia y solidaridad. No tenía grandes conocimientos de política , ni de economía o relaciones entre países ni estrategias de partido; su actitud ante la vida era simplemente la representación más clara de coherencia y honestidad. Ascensión era un derroche de vitalidad y alegría, sencillez y bondad. En sus últimos años en nuestro barrio, antes de que su familia se la llevara a la residencia donde ha muerto, se la veía pasear con su perrillo siempre jovial y abierta a una conversación con cualquier vecino o vecina, en su tozudez por lo natural y sencillo quería morir en su casa de El palo, pero sus facultades mentales y físicas hicieron que su familia se la llevaran con ellos.
Este año 2009 ha comenzado muy mal, murió nuestra muy querida compañera Ascensión, una mujer integra, y en Gaza se produce una matanza indiscriminada de inocentes. Seguro que entre ellos hay muchas personas como Ascensión. Gran pérdida para nuestro barrio, gran pérdida para el mundo. Adios, Ascensión los que te queremos no te olvidamos.
Miguel López Castro