02/04/09. Medio Ambiente.El VÍDEO que les acerca hoy EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.comes un extracto del programa ‘Andalucía Directo’ emitido el pasado domingo 29 de marzo en el que se recogen algunos de los testimonios de un grupo de vecinos condenados a tragar el polvo y la contaminación que genera la fábrica cementera de Financiera y Minera en la Playa de La Araña, Málaga. El dictamen del presentador lo resume todo: “lo cierto es que su vida es irrespirable”.
ENeste ENLACE a la página web de la Radio y Televisión Pública de Andalucía podrán acceder al programa ‘Andalucía Directo’ emitido el pasado 29 de marzo. En concreto, a partir del minuto 35:30 se da paso a algunos testimonios de vecinos de la playa de La Araña, en Málaga, que cuentan cómo son sus vidas con una cementera a escasos metros de sus viviendas.
“HARTOSde que el polvo les gane terreno, lo combaten con esfuerzo y dinero” explica el
reportero Pablo Naranjo, quien recoge detalles del día a día con el que es el mayor foco contaminador de la provincia de Málaga: litros y litros de lejía y amoniaco, ropa echada a perder cuando se tiende al aire libre, gallinas con las plumas llenas de cemento, un huerto cuyos frutos no se pueden comer y que tiene una capa asfáltica en lugar de tierra…
LOpeor no es eso, una vecina comenta los problemas de garganta que sufre y cuenta cómo los propios médicos le dicen que cuando pasan por delante de la fábrica “cierran la ventanilla del coche”. Más aún, la intervención de la vecina se corta porque el polvo molesta en los ojos a entrevistador y entrevistada.
Alos daños en salud se suman los daños materiales en los coches, cuya chapa se ‘come’ literalmente las emisiones de la fábrica o a los estragos que las voladuras de las cercanas canteras han causada a algunas viviendas que muestran ostensibles grietas en su fachada.
NOes la primera vez que los vecinos de esta playa de Málaga explican a los medios de comunicación las penurias que padecen a causa de las instalaciones de Financiera y Minera. Ya lo hicieron en programas como ‘Gente’ de Televisión Española o al mismo EL OBSERVADOR. Y lo único que les queda claro es que, tiempo después de estas antiguas denuncias, las reformas emprendidas por los responsables de la fábrica no han redundado en un aumento de la calidad de vida de los sufridos vecinos. Sus quejas siguen siendo las mismas: problemas de salud, ruido, contaminación y destrozos a su patrimonio.