Chaves acepta una vicepresidencia con Zapatero y apuesta por Griñán

A punto de cumplir 19 años ininterrumpidos como presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, de 63 años, ha tomado la decisión de abrir de par en par su sucesión al haber aceptado la oferta de José Luis Rodríguez Zapatero para entrar en el Gobierno de la nación como vicepresidente. Su nueva misión política será la de tejer alianzas con los partidos nacionalistas para garantizar la precaria estabilidad del Gobierno central y las relaciones con las comunidades autónomas, según confirmaron ayer fuentes socialistas.

El puesto de Chaves será ocupado casi con toda seguridad, según estas fuentes, por José Antonio Griñán, de 62 años, vicepresidente segundo y consejero de Economía y Hacienda de la Junta y amigo personal del todavía presidente de la Junta desde hace mucho tiempo. Ésta será la propuesta que haga Chaves a la dirección del PSOE y a los secretarios generales provinciales -quienes desconocían lo que se estaba cocinando, al igual que la inmensa mayoría de los miembros de la ejecutiva regional- en una reunión en la que se intenta, sobre todo, preservar la cohesión interna y evitar cualquier conato de desavenencia.

Las dos crisis de Gobierno, la central y la de Andalucía, se resolverán en un máximo de 48 horas, indicaron estas fuentes.

Chaves venía hablando con Zapatero de su salida de la Junta y entrada en el Gobierno central desde hace "bastante tiempo" y cerró la operación hace "varios días", aseguran las citadas fuentes.

Las personas consultadas por este periódico en una ronda de urgencia consideraban "lógico y razonable" que fuera el responsable económico de la Junta el que, en plena crisis, asumiera la responsabilidad de pilotar el Ejecutivo andaluz. Griñán, además, reúne otra condición que no es de índole menor: su ascenso a la presidencia de la Junta tiene el respaldo de un amplio sector del PSOE de Andalucía, especialmente, del hombre fuerte de la ejecutiva regional y vicesecretario general, Luis Pizarro. En los últimos meses, éste ha visualizado de manera expresa, hasta un poco exageradamente en conferencias de prensa y almuerzos con periodistas, su apoyo a Griñán en todos los pasos que éste ha ido dando tanto en el desbloqueo de la deuda histórica o, más recientemente, con la frustrada fusión de Unicaja con Caja Castilla La Mancha.

La sucesión de Chaves es un problema que se ha ido posponiendo elección tras elección, al no contar con los consensos internos necesarios para provocar un cambio sin traumas en el poderoso y complejo PSOE de Andalucía. Su relevo como presidente de la Junta es un asunto central desde hace meses en las conversaciones entre los dirigentes socialistas andaluces en todos los niveles, desde el mayor al menor rango, pero no es una cuestión que se haya debatido en ningún órgano. Es más, cada vez que se ha airado la posibilidad de relevo, la actitud del aparato socialista y la del propio Chaves ha sido la de cerrar filas y la de negar la mayor. De hecho, en la última ejecutiva regional a la que asistió el también secretario general socialista, hace un mes, éste pidió a sus dirigentes que no hicieran caso de los rumores, aplazando cualquier discusión.

Chaves siempre ha dicho cuando se le ha preguntado directamente estar a disposición de su partido si quería seguir contando con él como candidato en 2012. "Si mi partido quiere, yo quiero", ha sido la respuesta más repetida en las últimas semanas. Y desde el PSOE andaluz se ha negado de manera enfática que fuera un tema que estuviera en la agenda.

Sin embargo, Chaves era consciente, quizás el que más dentro del PSOE, de que su ciclo político en Andalucía llegaba a su fin y quería evitar por todos los medios que le sucediera lo que le ocurrió a Felipe González, que se marchó perdiendo las elecciones y abandonó la secretaría general del PSOE de sopetón, abriendo una crisis de liderazgo que no se resolvió hasta que Zapatero llegó a la cúpula del partido. Pero frente a su deseo de abrir un relevo se encontraba siempre con lo mismo: el vértigo de cambiar a quien ha sido su referente principal desde 1990.

El líder socialista era también muy sabedor del fuerte desgaste que su Gobierno pero especialmente él como presidente estaba sufriendo en los últimos meses, tanto por la crisis económica como por la larga permanencia en el poder. Las últimas encuestas publicadas con motivo del 28 de febrero, Día de Andalucía, así lo indicaban. Los sondeos apuntaban un recorte en la distancia entre el PSOE y el PP, el principal partido de la oposición, pero además los ciudadanos consideraban que la etapa de Chaves estaba agotada. Así, en la encuesta publicada por EL PAÍS, el 67% de los encuestados opinaba que Chaves no debía optar a una nueva candidatura tras repetir como cartel electoral en seis ocasiones.

Entre las incógnitas que quedan por despejar ahora está el saber si Chaves va a continuar como secretario general del PSOE de Andalucía y si Griñán será el candidato socialista a la presidencia de la Junta en las próximas elecciones. "¡Quita, quita!", es lo que el vicepresidente segundo ha respondido cuando alguien le ha sugerido otro escalón en su carrera política.

Seis legislaturas

 

– 1990-1994. Primera. victoria. PSOE, 62 diputados; PP, 26; IU, 11 y PA, 10. Otros candidatos: Gabino Puche, Felipe Alcaraz y Pedro Pacheco.

– 1994-1996. Legislatura de »La Pinza». PSOE, 45; PP, 41; IU, 20 y PA, 3. Otros candidatos: Javier Arenas, Luis Carlos Rejón y Arturo Moya.

– 1996-2000. Choque con el Gobierno de Aznar. PSOE, 52; PP, 40; IU, 13 y PA, 4. Otros candidatos: Javier Arenas, Luis Carlos Rejón y Pedro Pacheco.

– 2000-2004. Zapatero, nuevo líder socialista. PSOE, 52; PP, 46; IU, 6 y PA, 5. Otros candidatos: Teófila Martínez, Antonio Romero y Antonio Ortega.

– 2004-2008. Mayoría absoluta. PSOE, 61; PP, 37; IU, 6 y PA, 5. Otros candidatos: Teófila Martínez, Diego Valderas y Antonio Ortega.

– 2008-2012. Mayoría revalidada. PSOE, 56; PP, 47 e IU, 6. Otros candidatos: Javier Arenas y Diego Valderas

Fuemte: Diario El País