ALFONSO VÁZQUEZ El pasado miércoles, el alcalde de Málaga fue a comprobar los daños de la tromba de agua en las casas de Pedregalejo, en la zona de la playa.
Los vecinos denunciaban que los daños habían aumentado por la barrera que habían formado siete u ocho coches aparcados en una zona de carga y descarga, delante de la desembocadura del arroyo de los Pilones. La práctica es diaria.
La intención de los vecinos era que Francisco de la Torre viera ‘in situ’ el problema, con esos coches aparcados a diario en esta peligrosa zona. Pero como por arte de magia los coches desaparecieron justo entonces.
Al igual que en una comedia italiana, en las horas previas a la visita del alcalde y en el tiempo que duró esta inspección, la Policía Local evitó que se aparcara en la desembocadura del arroyo. Milagro en Málaga, en lugar de ‘Milagro en Milán’.
Pero los hechos milagrosos continuaron: una vez que se fue Francisco de la Torre, se acabó este corto periodo de orden y volvieron los aparcamientos ilegales, según testimonios de los cabreados vecinos.
Precisamente, un responsable vecinal le expresó al alcalde lo ridículo de esta ‘actuación’, aunque De la Torre aseguró que él no había ordenado nada, y seguro que no lo ordenó. La pregunta del millón es: ¿Tiene sentido esta actuación de la policía?
Por desgracia, estos numeritos ocurren en todos los ayuntamientos de España . Todo sea por que el primer edil de turno pase revista sin apreciar muchos fallos, aunque la ‘revista’ sea totalmente artificial.
Con el conocimiento o no del alcalde, cuando éste visita los barrios de Málaga casi nunca los ve como lucen a diario. Un día o unas horas antes, en muchísimas ocasiones brigadas de Limasa, técnicos varios y policías municipales suelen transformar el barrio en un trabajo nunca visto. Una verdadera operación oportunista que no refleja la realidad.
Para muchos vecinos, se trata de un simple maquillaje con el fin de que las quejas vecinales pierdan consistencia, al menos, hasta que se marche el alcalde.
Fuente: La Opinión de Málaga