Una incompatibilidad y muchas declaraciones para un lío político

JAVIER GARCÍA RECIO. MÁLAGA La ‘torpeza’ de la delegada del Ayuntamiento de Málaga en el distrito Este, Teresa López, por pedir subvenciones como presidenta de una asociación vecinal y concederlas como responsable municipal y la insistencia del alcalde en apoyarla con declaraciones confusas amenazan con convertir un asunto menor en un grave problema para el gobierno municipal, dando pie a que una necesitada oposición aspire ya a cobrarse una nueva pieza política. Y es que en democracia las formas y las maneras son muy importantes, pues permiten a los ciudadanos visualizar con mucha claridad las cojeras de sus representantes.

1. Nombramiento
El 5 de febrero La Opinión de Málaga sacaba a la luz el caso de la delegada del distrito Este, Teresa López. La carrera de esta mujer es peculiar, ya que proviene del movimiento vecinal y no formaba parte de las listas del PP a las últimas elecciones. Entró en el gobierno municipal por decisión directa del alcalde, que tiene la potestad, según la Ley de Grandes Ciudades, de nombrar a un máximo de tres personas para que formen parte del equipo de gobierno. El alcalde no agotó ese cupo, ya que junto a López sólo nombró al delegado de Cultura, Miguel Briones.

2. Sentido común
El periódico expuso el caso con claridad. La delegada del distrito actuaba también como presidenta de la asociación de vecinos de Jarazmín. Como tal solicitaba las ayudas para la asociación, que posteriormente autorizaba como delegada municipal. Un claro caso de incompatibilidad que dictaminan la ley y el sentido común. Así lo percibió el alcalde en su primera reacción el viernes 6 de febrero. Afirmó que la actuación de la delegada “no era correcta” y que “lo lógico era haberse abstenido”. López había solicitado ayudas para su asociación en 2008 y en 2009, en el primer caso era directora del distrito y en el segundo era ya delegada.

3. Sin explicaciones
La protagonista de esta historia, en las únicas declaraciones que ha formulado al respecto, defendió su actuación y explico que “cuando accedí al cargo de delegada, en previsión de despejar dudas, se realizó una consulta jurídica al abogado de la federación de vecinos y al servicio jurídico del Ayuntamiento sobre si era compatible ser presidenta de una asociación y delegada de un distrito y en ambos casos el resultado fue que era totalmente compatible”. Desde entonces, la delegada ha rechazado dar más explicaciones a los medios de comunicación que le han requerido. Representantes de un grupo de asociaciones del distrito Este reprendieron el comportamiento de López y señalaron que lo lógico era que hubiera dimitido de la asociación.

4. Nuevas ayudas
La oposición, especialmente el PSOE, entró en el asunto. Los socialistas ampliaron la causa al anunciar que no sólo obtuvo ayudas del distrito, sino también de Bienestar Social. Unos 7.000 euros.

5. Informe jurídico
A partir de aquí el caso se enmaraña. El informe jurídico al que había aludido López ha dejado en mal lugar al alcalde, que dijo que fue redactado por el servicio de la federación de vecinos Unidad. Sin embargo, la abogada de esta federación niega que haya elaborado un dictamen semejante. El alcalde insiste en que lo vio, pero que quizá era de un abogado de la asociación Jarazmín y “no iba firmado”.

6. Atrapado
Durante toda esta semana, el alcalde se ha encargado de defender a su delegada reiterando que se trata de un caso “de poca entidad”. Sus declaraciones no han sido muy afortunadas e incluso le dejan en evidencia al señalar que puede ser un acto ilegal, “pero es un fallo inocente”. Su argumento es que nadie se ha beneficiado. Mientras, el PSOE seguía apretando y sacaba a la luz cómo la propia López decía en su declaración de bienes que puede estar incursa en incompatibilidad por ser presidenta de Jarazmín y, por contra, en la declaración jurada que acompañaba a la petición de subvención, dice que no está sujeta a ninguna incompatibilidad.
El PSOE e IU han esgrimido al menos tres leyes que exigían que la delegada se debía abstener de solicitar o de autorizar las subvenciones a su asociación. El alcalde sabe que lo hecho por su delegada merece su cese, pero no puede enfrentarse al desgaste político de otra crisis en menos de tres meses, tras la renuncia de Manuel Marmolejo. El libro de la supervivencia de cualquier político avezado tiene impreso, en letras grandes y subrayado: si tiene que haber una crisis, que seas tú quien la controle, no ella a ti. En este caso, la partida no ha terminado.

 

Fuente: La Opinión de Málaga