¿Empresa de aguas o urbanización?

Desde el año 92 la entidad urbanística de colaboración, creada en el 89, lleva pidiendo al Ayuntamiento que le libere de esta carga, que ahora mismo se ‘come’ el 70% del presupuesto anual (el total son 600.000 euros).

“La urbanización tiene 450 casas pero, ahora mismo, aparte le damos a unas 280 casas más”, señala Pilar Gutiérrez, gerente de la entidad, que recuerda que la ley por la que se crea la entidad les hace responsable de la distribución, pero no del suministro. “No podemos estar cobrando, manteniendo todas las redes… estamos ejerciendo un servicio público que nadie nos ha pagado”.

Para el presidente de la entidad urbanística, Félix Benítez, esta situación es, “un anacronismo y una perversión porque ejercemos una labor de servicio público sin contraprestación”. La perversión, considera, se refuerza porque, aún siendo sólo distribuidores, “Emasa nos vende el agua al precio de venta al público en su tarifa doméstica cuando nosotros no tenemos obligación de comprarla, sólo de distribuirla”. La entidad tiene que luego que elevar el agua, distribuirla, sanearla y hacerse cargo de fugas, de los morosos… y los costes aumentan, además de que sirven agua fuera de la urbanización. “Compramos ese volumen de agua y los precios se disparan”, destaca.“Hemos pasado de ser vecinos normales y corrientes a ser unos especialistas en agua”, lamenta.

Emasa además reclama a la entidad una deuda que ésta no la considera como tal. “Si seguimos con la misma tónica y nos venden agua forzadamente, en contra de nuestra voluntad, la deuda seguirá aumentado”, destaca Félix Benítez. Esta cuestión se está dirimiendo por cierto en un contencioso administrativo, al considerar un auto judicial que la entidad urbanística de Miraflores del Palo no es un particular sino un órgano administrativo y no cabía que Emasa acudiera a la vía civil.

La petición del presidente es que Emasa “individualice los contadores como en el resto de la ciudad”. La entidad también reclama la recepción de la urbanización y pone de ejemplo otras urbanizaciones que está rodeando ya Miraflores del Palo “y se les está dando suministro de agua y la recepción integral”.

Pilar Gutiérrez recuerda además que al convertirse con los años la urbanización en un lugar de paso continuo de coches y camiones a la autovía, han proliferado las averías, que tienen que pagar los vecinos de Miraflores. Los dos responsables de la entidad coinciden en afirmar que el Ayuntamiento trata a los vecinos “como ciudadanos de segunda”.

En 2006, la entidad amenazó con no suministrar más agua a vecinos ajenos a la urbanización. Desde entonces, se han sucedido varias negociaciones entre el Ayuntamiento y la entidad urbanística, pero siempre sale a relucir la deuda. “La han reclamado por vía judicial y es una osadía porque somos administración pública, un brazo del Ayuntamiento”, dice la gerente. “Nosotros hacemos un servicio y se nos quiere cargar una deuda, el ánimo es de lo más perverso”, recalca el presidente, que pide al alcalde que aporte ya una solución. Por su parte la concejala de Medio Ambiente, Araceli González, se comprometió a recabar información y contestar a los vecinos el próximo lunes

 

ALFONSO VÁZQUEZ | 22/02/2010

La Opinión de Málaga