Cuando el pasado 24 de febrero de 2007, la Panda de Santo Pitar subió al escenario del Teatro Skirball de Nueva York, dentro del espectáculo flamenco Biznagas resonaban por primera vez en las entrañas de la Gran Manzana, el pandero, los platillos, el violín y las voces de viejos y jóvenes fiesteros que tocaban el cénit escénico del mundo desde su recóndito origen en los Montes de Málaga o en la periferia urbana de Málaga.
Se cumplía con un hito en la historia de Los Verdiales –que tres días después también subiría a las tablas del encopetado Sadler’s Wells de Londres- visitando las dos capitales culturales más sobrevaloradas del universo y que fueron testigos y sobrecogidas por este montaje que recorría la historia flamenca de Málaga, sobre la que el verdial ha influenciado irremediablemente.
Gran parte de este impulso institucional por llevar el pretérito verdial como bandera musical local, llegaba por parte de la Diputación y de la Agencia Andaluza del Flamenco que colaron con todas las de la ley en el prestigioso Flamenco Festival este eslabon folclórico previo de cantes abandolaos y malagueñas.
También quedaron como embajadas internacionales para el recuerdo, sus visitas a Italia y Marruecos. Mientras que dentro del territorio nacional han sido muchas las regiones y folclores vecinos que han compartido festivales con las diferentes pandas malagueñas.
Aquello ya es historia, y hoy la gran noticia es que se ultima y se postula desde la Consejería de Cultura como nuevo Bien de Interés Cultural, algo que para sus paisanos e intérpretes es un reconocimiento más que merecido y en gran parte debe asegurar su conservación de cara al futuro y endereza cierta desidia o menosprecio del pasado que nada tiene que ver con estos últimos años de espectacular auge.
La Diputación Provincial ha estimado en todo este tiempo su importancia de manera muy destacada y auspiciado entre otras iniciativas la de su presencia habitual de pandas en las Fiestas Singulares de nuestro territorio, en el reconocimiento a Paco Maroto, fiestero señero, como Medalla de la Provincia, o en su presencia habitual en la varios espectáculos de la segunda bienal Málaga en Flamenco’07, donde apareció ligado entremezclado con artistas y músicas de primer nivel como Carmen Linares y la Orquesta Chekara de Tetuán o al repentismo cubano en De la Andaluza Moraga, o como prólogo a un concierto multitudinario de Paco de Lucía ante una Malagueta repleta, en el baile de Rocío Molina, nuestra artista flamenca más internacional o la de su reciente participación en el Festival de los Cantes de Málaga de Málaga en Flamenco’09 y tantas otras más.
Ochocientos alumnos para un futuro asegurado
Desde la Diputación Provincial se viene apoyando también una labor docente de mucho calado y proyección sobre quince escuelas repartidas por toda la provincia, desde que en el año 2000 el ente supramunicipal se diera cuenta de la importancia de asegurar este legado folclórico tan especial.
En la actualidad son ochocientos alumnos aproximadamente los que participan en las clases de estos centros instalados en La Viñuela, Rincón de la Victoria, El Borge, Comares, Cútar, Almogía (2), Cártama, Valle de Abdalajís, Antequera, Villanueva de la Concepción (2), Parauta, Alhaurín el Grande y Periana.
La mayoría de estos son menores de veinte años y más del cincuenta por ciento mujeres que aprenden en sus diversas disciplinas y modalidades instrumentales como el violín, la guitarra, el pandero, los platillos o el baile de bandera y cante muy solicitadas, en especial se ha celebrado que la primera sea demandad, pues el instrumento de cuerda era el más difícil y escaso.
En todo este programa la Diputación invierte 37.000 euros y el auge de esta enseñanza lo marcó la asistencia de 2000 personas a uno de los fines de curso conjuntos que se celebró este fin de semana en Villanueva d ela Concepción
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