Bañarse desnudo, disfrutar de la orilla en compañía canina, hacer una barbacoa, escuchar música o, simplemente, jugar a las palas son actividades que están regidas tanto por las ordenanzas municipales de cada ayuntamiento como por la Ley de Costas. Además, las tradiciones vigentes en algunas playas, su carácter más o menos cosmopolita, sus dimensiones o su ubicación hacen que las autoridades sean más o menos permisivas.
Los amantes de los animales lo tienen difícil para refrescarse junto a sus mascotas. Los perros están terminantemente prohibidos tanto en la arena como en la zona de baño de toda la provincia. No obstante, es conocido entre los propietarios que en rincones más alejados -como los acantilados de Benalmádena y Nerja- se suele hacer la vista gorda, por tratarse de calas con un acceso más complicado y poco concurridas.
Solo perros lazarillo
«No hacen ningún daño, pero defecan en la arena y los restos permanecen», explica un responsable del Área de Playas de la capital, quien recuerda que en otros tiempos era habitual incluso ver caballos caminando por la orilla. Sí se autoriza la presencia de perros lazarillos en compañía de la persona a quien sirvan, que debe adoptar medidas para evitar molestias.
Aunque la Costa del Sol, a diferencia de otras zonas, no registra una gran demanda de ciudadanos para ejercer esta práctica, es posible pasearse desnudo junto al mar en varios puntos del litoral malagueño. Es el caso de la playa de Arraijanal, junto a Guadalmar, en la capital; así como de Cantarriján, en el límite entre Nerja y la provincia de Granada; Almayate (Vélez-Málaga) y Benalnatura ( en Benalmádena).
Sin embargo, las mejores instalaciones para practicar el nudismo son las de Costa Natura, en Estepona. Esta playa de la zona más occidental del municipio está ubicada junto a un complejo turístico especializado para estos usuarios. Abrió sus puertas en 1981 y fue la primera ciudad de vacaciones naturista de la Costa del Sol. La franja litoral para estar sin ropa está limitada a unos 300 metros. A su vez, en Marbella pueden ir a la de Cabopino. Fuera de las zonas autorizadas está prohibido el desnudo integral, aunque no el 'top less', que es muy habitual y no genera problemas de convivencia.
Jugar a las palas
Otra cuestión a menudo polémica, por las molestias que causa al resto de bañistas, es la del juego de palas. En términos generales no está permitido practicarlo cerca de la orilla en ningún municipio, aunque se suele tolerar en las partes altas de las playas que tienen suficiente dimensión, igual que ocurre con otros deportes de pelota. Numerosas zonas disponen ya de canchas de juegos, por ejemplo, Pedregalejo y Guadalmar, en la capital; y El Cable, Las Salinas y La Bajadilla, en Marbella.
Siguiendo con los deportes, aunque esta vez náuticos, estos tienen preferencia en las zonas de varada (en la capital hay ocho) y también existen áreas reservadas para la práctica del kite surf, como ocurre en Guadalmar. En Marbella sólo se permiten en sus 27 kilómetros de costas fuera de la temporada alta estival.
Los amantes de las moragas disponen de tres días en el calendario con carta blanca: la noche de San Juan, la festividad de la Virgen del Carmen y la jornada de los fuegos de la feria. Durante el resto del verano es necesaria una autorización previa, que en el caso de Málaga se puede solicitar a través de la página web del Área de Playas (playas.malaga.eu), en su sede (camino de San Rafael, 99) o en cualquier registro municipal, con una antelación mínima de dos días en la web y de una semana en papel.
En el caso de la capital, hay zonas habilitadas en el Peñón del Cuervo y en el entorno del campo de golf que se autorizan automáticamente siempre que no haya más de veinte participantes. De lo contrario hay que hacer una instancia y explicar qué actividad se va a celebrar, «para que no se pida una moraga y al final sea una macrofiesta», precisan desde este departamento. La autorización se envía por SMS al teléfono móvil del organizador. La norma estipula que el fuego debe hacerse sobre una barbacoa y nunca directamente sobre la arena.
En Marbella se pueden realizar moragas en las playas de El Chopo (San Pedro), El Cable y El Alicate (Las Chapas). Todas ellas cuentan con instalaciones apropiadas para dicho uso. En el resto del litoral marbellí se prohiben, entre otras razones, por la cercanía de bosques.
En Benalmádena, por su parte, se está trabajando en la mejora de las ordenanzas a fin de designar algún área de la costa aún por especificar para que los usuarios disfruten de estas reuniones a pie de playa. Actualmente hay que pedir un permiso a la Policía Local. En Fuengirola las barbacoas solo están autorizadas en la zona habilitada para ello en el entorno del Castillo. Hacerlo en cualquier otro punto tiene su correspondiente multa.
En el caso de Torrox se permiten en tres puntos de su litoral -más alejados y con menos afluencia de visitantes-, mientras que en Rincón de la Victoria solo se pueden hacer previa autorización del Ayuntamiento. Vélez cuenta con media docena de playas donde se da luz verde a esta práctica.
Con la música a otra parte
Otro aspecto que solía ser motivo de quejas entre los bañistas era el uso de aparatos de radio a gran volumen. En este punto, casi todas las localidades costeras coinciden en prohibirlos, incluidos los instrumentos musicales, para evitar molestar a los usuarios. No obstante, en algunas localidades costeras se toleran, siempre que no superen los niveles autorizados a una distancia de quince metros desde el foco. En Estepona prefieren aplicar el sentido común y limitan su uso al hecho de no perturbar la tranquilidad de quienes están en la toalla contigua.
Aunque no lo parezca, a tenor de lo que cualquiera puede observar durante una tarde de descanso en la arena, la venta ambulante de bebidas, ropa y demás enseres está perseguida en casi todos los municipios de la provincia. Lo mismo ocurre con servicios tales como los de los masajistas no autorizados, generalmente orientales, y que han suscitado polémica en varias ocasiones al ser acusados de intrusismo por los colectivos profesionales. Tampoco se puede hacer publicidad a través de carteles, vallas, medios acústicos ni audiovisuales.
De acuerdo con la Ley de Costas no se permiten igualmente campamentos y acampadas sobre la arena en ningún rincón del litoral, un precepto muy perseguido por todos los ayuntamientos. Aun así, se siguen produciendo, aunque en zonas poco concurridas y de manera muy aislada. En esta capítulo destaca la normativa de Torremolinos, que sanciona a las caravanas que aparquen «de manera permanente» a lo largo del paseo marítimo.
Horario de pesca
La normativa contempla también restricciones generalizadas para la pesca, tanto desde la orilla como submarina, desde las 10.00 hasta las 21.00 horas para evitar posibles daños con los aparejos. En muchos puntos del litoral existen áreas autorizadas para estas prácticas, como en Mijas. A su vez, en Manilva las normas municipales obligan a los pescadores a depositar los residuos de sus redes en las papeleras específicas habilitadas para ello.
Una última cuestión sobre la que existen limitaciones en algunos municipios es la de las esculturas de arena que artistas callejeros llevan a cabo junto al paseo marítimo para conseguir unos ingresos. La ordenanza de Fuengirola, por ejemplo, es clara en vetar tales prácticas en todo su litoral.
Como se puede ver, las normativas abordan con detalle todos los aspectos necesarios para que exista una buena convivencia en estos espacios públicos. Aunque, al final, se trata sobre todo de una cuestión de mero respeto.
Información elaborada con la colaboración de: Eugenio Cabezas, Mercedes Periáñez, Mari Carmen Jaime y Cristóbal Moreno
Fuente: Diario Sur.