En El Palo son conscientes de que el futuro del barrio pasa por la remodelación del paseo marítimo. Muchos hosteleros tienen depositadas grandes esperanzas en esta actuación, capaz de generar un halo de optimismo en comerciantes y vecinos sin ser aún un proyecto real. Los residentes saben que la reforma no tardará en llegar tras el acuerdo inicial para legalizar las casas de la playa y el proyecto de mejora de los equipamientos del litoral de Pedregalejo y ya han lanzado algunas propuestas a tener en cuenta por el equipo municipal.
La primera petición pasa por crear un carril bici que llegue a conectar en el futuro con El Peñón del Cuervo. «Demandamos un itinerario ciclista que aporte seguridad a deportistas y viandantes, ya que ahora circula cada uno por donde puede», explica el presidente de El Palo, Santiago González.
El portavoz destaca que este recorrido tendría gran aceptación en el barrio a juzgar por el número de ciclistas que frecuentan la zona, incrementado desde la apertura de las pasarelas peatonales sobre los arroyos Jaboneros y Gálica. «Los vecinos se han acostumbrado a hacer deporte junto al mar, no hay más que ver cuántas personas se concentran los fines de semana», señala.
Zonas cómodas y accesibles
Junto a esta petición, el colectivo paleño planteará otras iniciativas una vez celebradas las elecciones, como la peatonalización de las calles Banda de Mar y Quitapenas, con el objetivo de ganar espacios al paseo y posibilitar así el carril bici. «Todo lo que sea beneficiar a los negocios creando espacios cómodos y accesibles al peatón es positivos. Además, habría que renovar gran parte del pavimento en mal estado y mejorar las playas», apunta González, quien lamenta la falta de instalaciones deportivas. «Esperamos que esta carencia se solvente en un futuro no muy lejano. En El Palo hay ganas de contar con espacios para el disfrute de todos los ciudadanos», advierte.
Además, los vecinos se quejan de la situación actual del paseo marítimo. «Se ha quedado a medias por la mala previsión de las administraciones públicas», denuncia.
«La falta de seguridad es histórica y genera una imagen negativa al barrio. Por ejemplo, los bancos no se reponen o se arreglan cuando son destrozados, igual que las papeleras, rotas por los energúmenos que ocupan a sus anchas las calles y salen inmunes de cualquier daño que provoca», critica Manuel Ramírez, propietario de un restaurante.
Y continúa: «Eso sin contar la dificultad para pasear por las aceras debido a las defecaciones caninas, que no son retiradas ni por parte de los dueños de las mascotas ni por los servicios de limpieza», añade.
Los hosteleros también piden revisar los costes de los aparcamientos públicos para incentivar su uso y recuperar así atractivo turístico
Fuente Diario Sur: