También acude a mi cabeza el imperativo tan de moda: ¡Indignaos! Título del nonagenario Stéphane Hessel que pretende funcionar a modo de adrenalina inyectada en el corazón joven aletargado, paralizado por la inacción y falto de objetivos y puertos hacia los que dirigir su nave: un futuro más humano y esperanzador.
Para el día 15 de mayo se nos pide que mostremos a quienes nos oprimen nuestra reserva de energía rebelde, si bien no se nos propone ningún tipo de estrategia ni táctica concretas para la acción; tampoco se nos señala que sigamos a un líder o a una bandera, ¿para qué?
Ante el feo panorama de putrefacción envuelto en celofán, la irrupción del extremismo político por su lado más peligroso y cruel (la extrema derecha), el hundimiento en el lodo de los “líderes” salvadores de la llamada izquierda, etc. no estaría nada mal incorporar algunas pequeñas acciones a nuestras vidas orientadas a la salud y alegría social e individual. Varias propuestas: cojamos nuestras viejas bicicletas, engrasémoslas a ser posible con aceites biodegradables y endurezcamos nuestras piernas, abdominales, etc. Hagamos que la atmósfera se “infecte” un poquito menos, disfrutemos del paisaje y facilitemos que nuestra economía no ayude a incrementar el poder de las multinacionales del petróleo, es justo y necesario; trabajemos por una democracia más participativa depositando nuestro voto en blanco, debemos dejar claro que optamos por la democracia, pero que no queremos a ningún salvador de hablares finos o merdellones sino a alguien que, controlado en todo momento por los ciudadanos, practique el sentido común y el compromiso que asuma en unas elecciones como RE-PRESENTANTE de las voluntades que lo respaldan.
Ni que decir tiene que podríamos añadir a esta lista miles de pequeñas acciones factibles para recuperar la alegría y salud individual y social. Pero he de suponer que usted estará leyendo el presente artículo en el corto tiempo del desayuno o en otra circunstancia bajo la presión del tiempo y no es mi intención agobiar. Por cierto, es totalmente necesario, a mi entender, que la gente vaya incorporando a sus vidas lecturas de calidad, si no queremos seguir enfangados en esta danza macabra y rodeados de adefesios vociferantes que han hecho de la mentira su modus vivendi.
Antonio Caparrós Vida