Los ´indignados´ del 15-M toman el centro de Málaga

El mayor acto de campaña electoral tuvo lugar ayer por la tarde y no correspondió a ningún partido. Fue una manifestación de carácter político, por la lucha de la democracia y de derechos. Tampoco hubo distinciones de edades, sexos, profesiones o culturas, puesto que las más de 10.000 personas que acudieron a la marcha –según la policía, ya que la cifra fue de 15.000 según la plataforma– eran de todas las generaciones, desde niños a ancianos, de todos los colores y etnias y de todas las culturas, desde hippies hasta señores vestidos de chaqueta.

Y eso fue precisamente lo que hizo que fuese un éxito. Si días atrás veíamos a un grupo reducido de jóvenes acampados en la plaza de la Constitución, ayer vimos a miles de personas que luchaban por una causa común: una democracia real, pero ya.

Salieron algo más tarde de lo que se había convocado, las 19 horas, pero poco después partían hacia el Paseo del Parque, para bordear el Ayuntamiento y luego volver a la Plaza de la Constitución, donde leyeron un manifiesto.

Nada más salir, empezó a llover. pero eso no echó para atrás a las miles de personas que, de manera pacífica y ordenada, pedían el fin del bipartidismo y un cambio de la Ley Electoral. Iniciaba la marcha una pancarta en la que se leía: «Nuestra intención no es influir en el resultado de las elecciones, sino fomentar un voto más reflexivo. Seguiremos más allá del día 22 hasta conseguir una democracia de verdad». Y así fue. De hecho, se escucharon todo tipo de lemas y consignas. Desde «¡No es una crisis, es una estafa!» a «PP y PSOE, la misma mierda son» pasando por «No hay quien resista, siendo mileurista».

En las pancartas y carteles que llevaban, pudo leerse: «Generación Ni-Ni: Ni casa ni trabajo» o «No hay democracia si gobiernan los mercados». Uno de los jóvenes que acudió a la marcha, Carlos, de 18 años y estudiante de Derecho, señaló estar indignado por el sistema político. «No es normal que en un país como España en las listas de los partidos políticos haya personas imputadas», dijo. Sobre cómo ve el futuro, el joven dijo: «Lo veo muy negro, mucho peor que el de nuestros padres».

Otro manifestante, Santiago, de 52 años, contó que sus hijos están en el paro, y que no tiene pinta de que vayan a encontrar trabajo pronto. Su mujer, Maribel, indicó que acudieron a la marcha para apoyar a los jóvenes, «el futuro». Entre la multitud, Esperanza y Pepe, de 70 y 65 años, señalaron que habían acudido «porque las consecuencias de este sistema las estamos pagando todos».

La manifestación, que fue debidamente autorizada, llegó hasta el Ayuntamiento, donde se habían cerrado las puertas para evitar problemas. Desde dentro, los policías locales y el personal de la limpieza observaban con incredulidad cómo les abucheaban. Pitos y más pitos en la Casona del Parque, donde instaron al alcalde a huir. Tras el Consistorio pasaron por el Banco de España, donde gritaron: «Cuidado con las carteras, esto es el Banco de España».

Reanudaron la marcha y prosiguieron por Alcazabilla y Granada, hasta desembocar de nuevo en la plaza de la Constitución. Allí se encontraron con una concentración a favor de la música y la cultura malagueña. Un policía certificó a La Opinión que los «Indignados» eran más de 10.000, y que estaban colaborando «a más no poder».

Uno de los portavoces del movimiento 15M informó de que jamás imaginaron tanta repercursión. Emocionado, Pablo Ramírez, manifestó su orgullo. «Llevar cuatro días aquí, sin dormir, ha merecido la pena», dijo. Después, pidió a los allí reunidos con una megáfono que se sentaran para leer el manifiesto. Finalmente la plataforma se ha adherido a las ideas del resto de España, por lo que el manifiesto «Democracia Real ya» pide igualdad, progreso, solidaridad, libre acceso a la cultura, sostenibilidad ecológica y, en definitiva, el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.

Jornada de reflexión. Pasada la medianoche y ya en jornada de reflexión, los concentrados en la Plaza de la Constitución, más de 2.000, recibieron una notificación oficial en la que se les informaba de la decisión de la Junta Electoral Central de prohibir las manifestaciones y concentraciones durante esta jornada. Además, se les advertía de que podían enfrentarse a multas de entre 100 y 1.000 euros y de que podían ser desalojados por la Policía Nacional. Al cierre de esta edición, los jóvenes seguían en la calle en una actitud de resistencia pacífica y recordaban que un auto del Tribunal Constitucional de 2010 reconocía el derecho a manifestación durante la jornada de reflexión.

Fuente: Diario La Opinión de Málaga