Según pudo conocer este periódico, los colaboradores del jeque han entrado en contacto con la sociedad que obtuvo la construcción y gestión de este puerto por concesión a 35 años con el objetivo de hacerse con la mayor parte de las acciones, a cambio de avalar su financiación.
La concesionaria Marina Ciudad de Málaga, formada al 50% por la entidad especializada en la gestión de puertos Marinas del Mediterráneo y la constructora GEA21, está en conversaciones con varios bancos para recabar los préstamos con los que hacer frente a la inversión necesaria para acometer el puerto, cuyo coste oscila entre los 35 y los 40 millones de euros, según los últimos cálculos.
La incursión de jeque en la sociedad, con la condición esos sí de ostentar la mayoría del accionariado, resolvería de un plumazo los problemas de financiación del proyecto, ya que correría con los gastos de su ejecución mediante el acuerdo al que llegue con el resto de socios, que todavía no está cerrado.
Doblar la oferta actual
Aunque el futuro puerto deportivo de San Andrés no será de los más grandes de la provincia -el proyectado en La Bajadilla duplica su capacidad- sí supondrá un salto cualitativo para la oferta de la capital. Los actuales puertos de El Candado y el Club Mediterráneo suman 305 atraques, la mitad de los 626 puntos que ofrecerá San Andrés en alquiler.
La sociedad adjudicataria del puerto ya ha recabado más de doscientas solicitudes para contratar un atraque a largo plazo, es decir, durante los 35 años que dura la concesión. Esta cifra cuadra con sus previsiones de negocio, ya que el resto se concertarán por un periodo inferior.
Actualmente, el proyecto está pendiente de un último visto bueno de Puertos del Estado para poder comenzar las obras, cuya primera fase tendrá un plazo de ejecución de un año. En cualquier caso, los trabajos no arrancarían hasta el otoño o las últimas semanas del año como muy pronto, ya que antes tendría también que cerrarse la participación o no del jeque en el proyecto.
La mayoría de atraques en agua será de tamaño medio, y las de dique seco para embarcaciones pequeñas. El 15% de los amarres estará destinado a embarcaciones en tránsito, lo que convertirá al puerto de San Andrés en una nueva puerta de entrada de turistas de alto poder adquisitivo al Centro de la capital. En tierra, se han previsto dos hileras de tiendas, bares y cafeterías: una en los bajos del futuro auditorio de la ciudad; y la otra en el espigón de cierre.
Fuente: Diario Sur.