Un presidente de la Diputación, en todo caso, no puede ofrecer cada día un mitin olvidando su papel institucional. O sí puede; pero ese perfil de aparatchik en la trinchera resulta demasiado chusco para el cargo. Y además así pasa lo que pasa. En su estreno ya ha dejado algún episodio memorable como su ataque demoledor de agosto al presidente andaluz por veranear fuera de Andalucía. Bendodo llamó «irresponsable» a Griñán y sostuvo que ir de veraneo a Galicia era traicionar a su tierra dándole la espalda. Y no se trataba de un calentón a quemarropa sino una rueda de prensa premeditada para vender ese titular. El repertorio intelectual del joven político populista ha vuelto a elevar el listón, y parece no tener límites.
No consta, eso sí, que Bendodo haya reprochado a Cospedal su veraneo en Marbella, llamándola 'traidora' a Castilla, o a otros dirigentes de su partido habituales de la Costa del Sol. Tampoco consta que haya pedido rigor a Rajoy con los irresponsables traidores nacionales y europeos como Merkel o Sarkozy que tampoco se quedan en su tierra y suelen viajar. Pero en fin, más vale que Cameron no vuelva por Ronda, o Michelle Obama por Villa Padierna, porque ahí estaría Bendodo con su pancarta:
-Traitor… Go home!
Probablemente ni siquiera Bendodo puede creerse su propio argumento contra Griñán, acusándolo duramente por pasar unos días en Galicia donde vive su familia. Pero ese ataque sí demuestra su estilo particular en el cargo y la idea que él tiene de la gente de Málaga, persuadido de que ese discurso suyo funciona y le da votos. Y a lo peor incluso tiene razón. Es exactamente la clase de sociedad que él está contribuyendo a desarmar intelectualmente con sus bombardeos de aldeanismo.
(Por cierto, días después de eso, al preguntar por Bendodo en Diputación, la respuesta fue que estaba «de crucero en el Adriático». Sin duda no puede ser verdad tanto cinismo. ¿O sí?)
Fuente: Diario Sur,