"Teníamos previsto arrancar antes pero al final concurrieron varias circunstancias", explica un portavoz de la ACB. Con ello, alude a los cambios introducidos en la dirección de la asociación, lo que provocó un vacío de poder que se alargó varios meses, en los que "no hubo una figura con poderes de dirección ejecutiva". Tras no pocos sobresaltos, "felizmente, este proyecto ha superado todas estas dificultades y se ha iniciado la obra".
El horizonte que manejan formalmente desde el ente apunta a la terminación de las instalaciones y su puesta a disposición de los vecinos de la capital a finales de 2013. Una previsión que, bien es cierto, se viene planteando incluso antes de que las operaciones sobre el terreno hayan tomado velocidad de crucero. La inversión rondará los 9,1 millones de euros.
Un dinero con el que se levantarán unas instalaciones deportivas de 3.262 metros cuadrados en zonas interiores y de otros 2.544 metros cuadrados exteriores, a las que añadir 4.088 metros bajo rasante. Todo ello con la idea de poder recibir hasta un máximo de 4.500 usuarios. Pero, ¿qué aceptación creen que tendrá el complejo? "Hemos estudiado muy bien la localización de estas instalaciones; en Málaga hay una buena oferta de este tipo de infraestructuras elevada, pero no en la zona Este, a pesar de ser un distrito muy denso". "Es un área que requería una instalación de este tipo y para la que no hay competencia; es un proyecto con muchas posibilidades, dado que en esta zona viven del orden de 70.000 personas", indicaron.
El avance en las actuaciones tiene lugar, bien es cierto, casi 15 meses después de que, en las semanas previas a las elecciones municipales de 2011, el alcalde, Francisco de la Torre, y el entonces director general de la ACB, Josep Senespleda, presidieran el acto simbólico de colocación de la primera piedra del complejo, en el compromiso de que los trabajos se acometiesen de forma decidida en abril de ese mismo año, para estar culminados a finales de 2012. Tras aquella primera piedra hubo que esperar casi un año para que las máquinas hiciesen acto de presencia en la zona e iniciasen los movimientos de tierra en la parcela.
La infraestructura comprometida incluirá varias piscinas, un espacio de fitness de última generación, un centro dedicado a las terapias termales, y otro de salud, con servicios integrales de recuperación y estética, entre otros servicios.
Con el desbloqueo definitivo de este equipamiento, el Ayuntamiento ve cómo los grandes proyectos deportivos que dejó en manos de empresas privadas para su ejecución empiezan a salir del agujero en el que han permanecido durante varios años. Más avanzados incluso están los edificios de Segalerva y Huelin, cuya inauguración se espera para el próximo mes de septiembre, cuando tendrían que haber abierto sus puertas en 2009. Más grave es la situación del complejo Bizcochero-Capitán, que sigue parado siete años después de que la Gerencia de Urbanismo adjudicase la concesión del suelo a Udisa