Las idas y las vueltas

El flamenco, en este siglo XXI del que ya hemos consumido doce años, está buscando nuevos cauces para desarrollarse, ya que las causas de su origen, o bien las circunstancias socioeconómicas son otras, que sería prolijo enumerar.

Esta introducción es el resultado de las conclusiones que he sacado mientras escuchaba el CD, las idas y las vueltas por la música del siglo XV con lo popular y lo clásico, amén de otras aportaciones.

Antes de proseguir, quiero felicitar al joven cantaor onubense Arcángel, felicitación que hago extensible a todas las personas que han hecho posible este interesante trabajo con diez cortes, que por su alta calidad artística y técnica atrapa al oyente en sus algo más de cuarenta y seis minutos de duración, con el pasado y el presente como protagonistas de esta forma de expresión hoy conocida en todo el mundo.

Arte, tradición y técnica se han citado para conseguir esta joya musical en la que el mestizaje y lo tradicional creo que se han acercado a los antecedentes de algunos palos que componen el flamenco actual.

No quisiera pasar por alto al músico que ha tenido mucho ver en todo esto, que es Fahmi Alqhai, quien ha puesto la música andalusí para el maridaje con el cante en su justa medida, es decir, retrocediendo hasta el siglo XV en el final de la España musulmana, que se terminó de manera oficial el 2 de enero de 1492 con la toma de Granada por los Reyes Católicos. A partir de aquí, lo llevaron al otro lado del Mediterráneo, sobre todo a Marruecos; afortunadamente, este feliz reencuentro entre ambas orillas ha hecho posible perfeccionar estos ancestros musicales de nuestros antepasados.

Una audición exhaustiva del disco me ha permitido disfrutar de lo clásico nada más comenzar, lo popular, y el flamenco añejo con un cante de fragua al que Arcángel ha cargado de simbolismo en la base de Tomás Pabón, unido a los efectos especiales del tañido de las campanas que sobrecogen por su rigor sentimental en la adaptación. Le sigue el tema tradicional “La Spagna”, una pieza instrumental de Heinrich Isaac, que vivió entre 1450 y 1517. Aquí los arreglos musicales son de esos que no necesitan palabras para conmoverte.

La diacronía y la belleza sonora se abren paso con voces del bel canto femenino que saben recrear la grandeza de la cultura. Arcángel, con bellos registros de voz, ennoblece las curvas melódicas formando un arco difícil de superar. Hay también un sitio para el Cancionero de Palacio con el conocido tema “Las tres morillas de Jaén”, que estuvo en desuso mucho tiempo, hasta que volvió a estar de actualidad en los años treinta del pasado siglo, cuando Federico García Lorca, en el piano, y La Argentinita lo grabaron en disco de pizarra, hoy perfectamente remasterizado y digitalizado, para que el público y los artistas se inspiren escuchándolo en las fuentes puras del documento sonoro.

En el ecuador cronológico está el conocido tema “Jaleos”, expresión instrumental basada en el folklore y en lo andalusí, que consiguen entusiasmar en aires de tientos. El virtuosismo y la suntuosidad están contenidos en la vidalita, en la que percibimos el magisterio que nos dejó Enrique Morente, que la volvió a poner de moda con motivo de la celebración del V Centenario del Descubrimiento de América, fastos que se celebraron en Sevilla en 1992; por otro lado, Juan Valderrama también está presente estilísticamente hablando.

Es muy agradable poner el oído en “Folías”, en la que varios autores le ponen, en apariencia, aires flamencos por sevillanas. Le sigue una seguiriya que Arcángel la hace vanguardista, pero sin perder lo añejo del cante de Los Puertos, demostrando que conoce su oficio.

Para ir terminando, el cantaor y el equipo humano que lo ha acompañado, con vocalistas de categoría, introducen al son de bulerías lo genuino y lo actual, que complementan con las idas y las vueltas, pasado y presente para que el cantaor se despida con las querencias caribeñas de la guaracha y la guajira morentianas, que han quedado para la posteridad con un campo abierto a nuevas posiciones de expresión. Todo ello, en virtud de estos testimonios perfectos de Arcángel, así como de las voces y músicos, a los que han sabido inmortalizar en estos buenos momentos los técnicos de sonido, sin cuya pericia y conocimiento de los equipos no sería posible hablar de estos trabajos