Si ayer fueron los vecinos de Pedregalejo quienes alzaron la voz pidiendo una solución al arcaico cableado eléctrico que les impide vivir con tranquilidad, hoy son los de El Palo quienes han decidido sumar esfuerzos en una lucha que ya dura demasiado tiempo. Por ello, las asociaciones de El Rebalaje, La Pelusa y Las Cuevas, recogerán firmas en el mercadillo de este sábado para pedir que se soterre todo el tendido eléctrico en malas condiciones.
«Lo hemos pedido en las comisiones de distrito, en reuniones municipales y en los medios de comunicación, pero de nada sirvió. Seguimos peor que antes porque los años pasan y el deterioro de los cables van a más», denuncia Manuel Benavides.
Este vecino será uno de los que se personen en el mercadillo con la intención de recoger firmas que ayuden a decir adiós a los chispazos y pequeños incendios en las casas de la playa y otras urbanizaciones de interior también antiguas. «Si ahora el Ayuntamiento no puede acometer todo el soterramiento por falta de dinero que se haga por fases, al menos poco a poco le iremos viendo color», dice Benavides. Aspiran llegar a unas cinco mil para obligar que retiren los postes de luz de los años 70 que están cedidos, después, el resto.
Cansados de ser ciudadanos «de segunda», los vecinos de El Palo y Pedregalejo piden el mismo compromiso con el que ellos pagan sus impuestos. «En El Candado, Miraflores del Palo o Playa Virginia no se ven esas infraestructuras tan obsoletas y, sobre todo, peligrosas para los residentes. Estamos convencidos de que si el pueblo no se moviliza nunca se harán estas obras», afirma.
Por su parte, decenas de vecinos mostraron el pasado martes a SUR el estado en el que se encuentran sus instalaciones eléctricas exteriores, preocupados por las averías generadas con las primeras lluvias. «Se hace muy difícil vivir con miedo a que haya un incendio, como ya hemos tenido varios, o a que entren ratas e insectos en las casas porque las calles están abandonadas, también en limpieza», relataron los residentes de Jábega y Coral.