en el relajo de las conversaciones
orilladas, al fresco
de las últimas atardecidas
sin tiempo,
bajo el estío maduro
y goloso, de moscatel
y umbría amable
que nos reconcilie con
el tiempo de verano,
mientras aún resuenan los juegos
de risas y carreras,
al relente melancólico
de los cierzos que ya se adivinan,
desnudos los campanarios,
la nostalgia claudicando,
al amparo de los primeros rescoldos
que adornan el silencio
del verano que
languidece.
Tiempo de verano
sobre las eras que fueron,
sobre la vendimia que habrá de cerrar
el tiempo de verano,
al son de la fiesta que agradece
los frutos de la tierra,
un verano más,
de mieses y racimos
bruñidos de miel,
mientras se enhebran los pimientos
y se alinean los membrillos,
mitad de azúcar, mitad de carne
dulce, carne de dulce de membrillo
cuando el tiempo de verano
ya tirita bajo la intemperie
que avanza. . .bajo la luna llena del fin
del tiempo de verano.
Torre del Mar 4 – septiembre – 2.013