E L P A P A. . .

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Continúa el papa de Roma. . . “La integración es un derecho”. . . “Muchos de vosotros sois musulmanes, venís de otros países, de situaciones distintas. No tenemos miedo a la diferencia”. . .ante las esencias patrias y patrioteras de quienes no saben cómo ocultar su miedo y su egoísmo, tan beatos como implacables con los “outsiders” e ilegales, o no nos acordamos de que aquí, en nuestra amada patria, la atención sanitaria se restringe hasta la obscena amoralidad mientras los gerifaltes de la mitra y el báculo callan como ratas. . . y los inmigrantes se invisibilizan por la cuenta que les puedan traer. . . por si acaso.

Y sigue el papa de Roma: “La misericordia requiere justicia.. . las instituciones tienen que unirse para que nadie tenga más necesidad de un comedor social, de un alojamiento, de un servicio de asistencia legal para ver reconocido el propio derecho a vivir y trabajar, a ser plenamente persona”. . . porque “¿Quién de nosotros ha llorado por estos hermanos y hermanas . . .?”.

Entretanto en nuestros países vecinos despliegue de noticias como poco curiosas, como mucho envidiables:

En Portugal : “La oposición lusa son los jueces”, “Las decisiones del Constitucional portugués ponen freno continuamente a los recortes del Gobierno”. . .¿Como aquí?. . . pues por eso.

En Francia: En todas las aulas de las escuelas públicas francesas se presentarán “Los deberes del alumno republicano”. . .en defensa del laicismo, la libertad, la igualdad y la fraternidad. . . con algunos preceptos como: “La República laica organiza la separación entre religión y Estado”, “El laicismo en la escuela ofrece a los alumnos las condiciones para forjar su personalidad, les protege de todo proselitismo”, “Los profesores tienen el deber de ser estrictamente neutrales”. . . ¿Se entiende?, para evitar confusiones, . . .por si acaso.

Y el Papa de Roma predicando en el desierto y en los Centros de Acogida, desde la humanidad exigible a quienes se autodenominan humanos. . .aunque hayan olvidado hace demasiado que alguna vez la bondad y la fraternidad pudo llegar a guiarles.

Y la Conferencia Episcopal española tan ajena en sus ditirambos mistéricos y de poder por la gracia del misterio que “venden” bajo palio y con exclusividad al amparo de del Estado . . . si hiciera falta.

 

Torre del Mar 13 – septiembre – 2.013