Cuando el nuevo local de la Asociación de Vecinos comenzó a estar abierto todos los día, se inició una nueva etapa en el que el contacto entre vecinos y Asociación es más fácil.
Los vecinos podían acudir al local y si no se encontraba ningunos de sus miembros, por lo menos, estaba abierto y se podía dejar aviso del tema, las reuniones periódicas, se hicieron estable y el local se había convertido en un lugar donde poder acudir a echar un rato.
Todo esto no hubiera sido posible sin la colaboración desinteresada de alguien que quisiera y pudiera estar allí todo el día sin ningún interés económico
Nuestro planteamiento era duro de cumplir, no queríamos que el local se convirtiera en un comercio, pudiendo así interferir con los objetivos de la Asociación de Vecinos, así pues, se montó una barra en la que los precios un poco superior a lo de costo, para que no dejara beneficios. Todo estaba bien pensado, pero surgía un problema; ningunos de los miembro de la Asociación podía encargarse de estar allí todo el día, unos trabajábamos, otros estudiábamos y otros estábamos parados y debíamos dedicar tiempo para buscar trabajo.
En aquella situación apareció Manuel, un vecino jubilado que se comprometió a abrir y cerrar el local y atender la barra.
Desde entonces y hasta que cayera enfermo, Manuel ha sido la persona que más tiempo le ha dedicado a la Asociación de Vecinos. No se trataba de asistir a reuniones, planificar trabajos, asambleas, gestiones con la Administración, etc. Se trataba de una labor callada y siempre poco reconocida, una labor que paso inadvertida durante años, pero quienes lo conocemos y hemos sido testigo de ella, no podemos menos que reconocer que sin su aportación, ese local habría acogido menos iniciativas, y en definitiva, menos habría sido el trabajo realizado por la Asociación en el barrio.
Por todo ello, es justo que le sea reconocida su aportación al barrio, a la Asociación de Vecinos y a todas las personas que acudieron por el local y lo encontraron siempre al pié del cañón; como si de su profesión se tratara, con una seriedad y constancia inalterable. Cumplía como nadie con los horarios y sus responsabilidades.
Hoy, por cuestiones de salud, no puede continuar en ese puesto, otro compañero lo sustituye, pero siempre te echaremos de menos en el local
Desde estas páginas te deseamos, que tu enfermedad sea muy leve, para que puedas disfrutar del descaso que te mereces y te mandamos el más fuerte de los abrazos de todo el equipo de la Asociación.
GRACIAS MANUEL