OSCURIDAD

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Entretenido ahora el personal, con mayor o menor sinceridad u oportunismo, en el fleco de las “malformaciones”, bendito o maldito asunto que según desde qué prisma deja bien o mal a quien lo predica, en aras de sus perversas maquinaciones de la igualdad y respeto a la vida, especialmente a cargo de los mercachifles insensibles que han ido desahuciando de una vida “adulta, hecha y bien hecha” digna a quienes más de abajo trataban de boquear, sin tantas disquisiciones ni atenciones a quienes se les ha condenado a una precariedad indecente e injusta, sin que les haya temblado ni el pulso, ni la mente, ni la conciencia.

                        Porque ahora, como otras tantas veces, toca marear la perdiz hasta que se distraiga y caiga, de nuevo, abatida, con una ley asumida y justa puesta en el precipicio del pajerío inicuo, miserable y facilón, con el gran príncipe de las causas de apretar las tuercas, a la orden de su buen señor, el gran y sumiso vasallo, tan soberbio como inane, el señor Gallardón retrotrayendo a la mujer a la era de las cavernas o peor, cuando se niega lo único respetable como puede y debe ser el derecho a decidir, según una ley de regulación del aborto de plazos, de la mujer, porque ése sería en todo caso el tema.

                        Porque es tramposo y mezquino incluir lo de las malformaciones, vengan de donde vengan las interpretaciones y argumentaciones, porque no se trata de discriminar, ni de justificar; porque es perverso y asqueroso pretender someter a la mujer a un rosario de juicios sumarísimos sobre sus razones a decidir, dentro de los razonables plazos y tiempos en que la mujer y solo la mujer debería tener la potestad y la intimidad, el respeto y la protección de decidir.

                        Porque la hipocresía, al fin, es una metástasis imparable, incluso cuando se ataca por superable lo de que “la niña debería informar a sus padres y estos autorizar”. . . porque yo preguntaría a esos fariseos de negro corazón. . . y ¿qué sucedería cuando el padre es quién decide que hay que abortar y es la niña la que ha decidido llevar adelante su embarazo”.

                        Pero es que son tan miserables y dañinos que son nauseabundos y peligrosos, . . .¡muy peligrosos!. .  .incluso cuando se ponen “bonitos y sensibleros”.

                        Con el Comité Ejecutivo del partido en el gobierno haciendo el paripé, con el líder deseando hacer malabarismo con la economía y tal y tal, una mentirijillas a medias, una verdad a medias, con los barones y baronesas haciendo que tienen criterio y opinión para luego apretar las filas por si la intemperie va en serio, con la Celia Villalobos de paladina de las mujeres . . . pero mucho menos. . . y tal y tal.

                        Torre del Mar 11 – enero – 2.014