Alertan de un fraude masivo de comerciales para robarles clientes a otras eléctricas

Tal vez le diga que hay un error en su factura y que tiene que revisarla porque le están cobrando de más, le proponga hacerle un estudio de su consumo o le ofrezca promociones muy atractivas que, supuestamente, van a ocasionarle un ahorro importante en el recibo. El objetivo es el mismo: conseguir sus datos personales y tal vez su firma para hacer la portabilidad a otra empresa sin que usted tenga conocimiento de ello, una práctica cada vez más extendida y que se ha convertido en una estafa de carácter masivo para captar clientes, según alertan las asociaciones de consumidores. En el peor de los casos pueden incluirle servicios, como mantenimiento, que subirán el recibo.

Tras la liberalización del sector, el encarecimiento de la factura de la luz y el ingenio de estos comerciales, que normalmente trabajan a comisión, hacen que aumenten los fraudes de este tipo, como advierten los colectivos de usuarios. Aunque lo normal es que las víctimas firmen algún documento que resulta ser al final un contrato del que desconocen sus verdaderas condiciones, puede darse el caso de que el cliente ni siquiera haya plasmado su rúbrica en los papeles. «No nos extraña que lleguen a falsificar las firmas», apuntan en una asociación de consumidores. En otras ocasiones pueden solicitar una firma «para justificar la visita realizada», según alertan en la Unión de Consumidores (UCE-Málaga).

Aunque las compañías eléctricas se desvinculan de estas prácticas y aseguran que son contrarias a su política, los comerciales autores de estos fraudes se identifican como empleados de las mismas, como ha podido comprobar este periódico, a pesar de que pueden trabajar para subcontratas. Si el usuario cae en la trampa puede que no sea consciente de lo que ha sucedido hasta que le llegue la primera factura con el nuevo suministrador. Entonces lo más probable es que no dé marcha atrás porque saltarse la permanencia, que generalmente es de un año, puede suponerle un coste de más de 100 euros, como explica Margarita Benítez, coordinadora de UCE en Málaga, que recuerda que después de firmar un contrato fuera de un establecimiento mercantil, la persona dispone de siete días para revocarlo.

En esta asociación de usuarios más de la mitad de las consultas que recibieron en 2013 referentes al sector eléctrico fueron por visitas irregulares de comerciales. En concreto, 280 de las 475 registradas, que dieron lugar a 134 reclamaciones. Esto supone un incremento anual del 13,4%. Entre ellas se encuentra la de Mari Ángeles Sánchez, una malagueña de 65 años que está viviendo un calvario desde que a finales del año pasado le visitó un comercial que decía trabajar para la compañía que en ese momento le suministraba la electricidad. «Fue un atropellamiento. Yo estaba liada con otras cosas y me dijo que venía a rebajarme la factura y con un móvil le hizo fotos a mi carné de identidad y al de mi padre, ya que el recibo estaba todavía a su nombre. Me pidió una factura y mis datos personales y firmé un documento», cuenta esta mujer. Al cabo del tiempo le llegó un recibo de otra empresa de un importe que triplicaba el habitual. «Me habían incluido un servicio de mantenimiento», explica Mari Ángeles, que a pesar de sus numerosos intentos, todavía no ha conseguido darse de baja de esta compañía y que le devuelvan el dinero cobrado, para lo que está contando con el asesoramiento de la asociación Facua.

Sus víctimas preferidas son las personas mayores y para engatusarlas idean todo tipo de argucias, como explica José Luis Sánchez, de Facua, que recomienda desconfiar de los comerciales que aparecen sin previo aviso. Respecto a las promociones que les ofrezcan por pasarse al mercado libre y abandonar la tarifa de último recurso, advierte de que estos descuentos pueden ser engañosos y encarecer el recibo hasta un 16% de media