Los locales comenzaron el duelo con mucha más intensidad. A la primera ocasión de Gerrit, que se saldó con un disparo que casi roza el palo, le iban a seguir sendos remates de Damián Zamorano y Nacho Aranda. Hasta el descanso apenas hubo respuestas visitantes. La más clara fue de Alberto Bayón, con un remate que se estrelló en el palo izquierdo.
Sin embargo, después de la reanudación, la escuadra cacereña logró adelantarse en el marcador, con un disparo del delantero Juan Ruano que sorprendió a la zaga paleña. El Arroyo, desde ese momento, se sintió en su mejor disposición: agazapado para construir un verdadero muro por delante de Juanma Barrero. Además, las reducidas dimensiones de San Ignacio incluso agilizaban la llegada de los zagueros a cuantas acciones ofensivas intentaba hilvanar El Palo.
Ni Falu Aranda ni Gerrit pudieron lograr equilibrar el tanteo, en las postrimerías, a pesar de que dispusieron de las mejores ocasiones para evitar la derrota
