Tanto como para que uno no acabe de explicárselo muy bien y mucho menos entenderlo, cuando nada hay tan sagrado que no pueda someterse al cedazo de la opinión pública.. Que ahora resulta que la parafernalia permanecerá intacta. .. y de momento «nunca llegará el momento» para establecer el debate debido, porque siempre es demasiado prematuro. Mientras se habla de «renovación para «un tiempo nuevo» y uno no aprecia cambio alguno, sálvese sea el desglose de gestos «confidenciales» de entrañable complicidad, natural o artificial, con mohines y gestos que se quedan. . .en eso, precisamente, en la familia real tan cariñosa, tan presta a la pose y el gesto mínimo que a nadie ofenda. . .de tanto quererse.. Que a pesar de todo, a uno, particularmente, le horrorizan algunas cosas, tal vez por antiguallas, como ahora que uno ve contradicciones palmarias en lo que se refiere a la «igualdad» absoluta de todas las personas, ciudadanas de un país civilizado y tal y tal, y que no se compadece con ello, por ejemplo, en el caso de las dos hijas de nuestros flamantes reyes, tan monas, tan iguales . . .o no tanto. Y me refiero al tratamiento distinto que habrá de merecerse para la primogénita y/o para la segunda. Para la primogénita, como princesa de Asturias por arte de bibibirloque y esencias reales, que habrá de ser tratada con singular deferencia, heredera del trono, desde ya, desde tan pequeña, futura soldado o soldada a partir del 2.015 del Regimiento «Inmemorial» . . . y demás parafernalias, con una preparación exclusiva y súper súper, en contraposición de su hermanita menor que solo es y será : «Infanta». . .y a dos velas, tan en su sitio. . .secundario, . . .y uno no entiende esas diferencias, por muy mucho que la Institución lo dé por válido en el siglo XXI, a los pies de su Princesa Real, del brazo de la Infanta, vice en el rango monárquico. Y entretanto los socialistas rizando el rizo, esperando a no sé qué oportunidad histórica para recuperar sus «raíces republicanas». Porque uno puede entender su apoyo al rey Juan Carlos, a lo largo de su reinado, y/o ahora mismo en estado de abdicación irrenunciable, e incluso su «nuevo y reflexivo» apoyo al recién, Felipe VI, pero. . .y ¿para cuando? ¿la reclamación de «los nuevos tiempos»?, o «la renuncia» a «las raíces» que nunca llegan a ser oportunas de plantearse. . . porque uno, en su supina ignorancia, no entiende tan doble sentido o hipócrita lenguaje de sí pero «ahora no toca». En fin como para que uno siga sin entender casi nada de tanta complacencia, de tanta pleitesía al «orden establecido». . .se dedique a señalar con distinto dedo y destino a una niña y a su hermana, se dedique a dejar para «cuando digan que toque» la actualización de los nuevos tiempos . . . o. . .¿lo dejamos para otro momento? Torre del Mar 26 junio 2.014
N O E N T I E N D O
- Publicación de la entrada:23/06/2014
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