La asociación en defensa de las chimeneas pide que la fábrica del Tarajal sea un BIC

En el primer escrito resalta que la antigua fábrica del Tarajal, a pesar de contar con protección arquitectónica I en el PGOU, mientras que la chimenea tiene protección integral, está sufriendo «continuas agresiones vandálica y destructivas», por lo que hay «peligro de desaparición del conjunto de esta obra histórica». Además, llama la atención sobre la demolición «de partes fundamentales del conjunto» como la casa de dirección y las de oficiales. Por este motivo pide a la Delegación de Cultura que se informe de las medidas tomadas por la Gerencia de Urbanismo, «para la correcta preservación de este bien cultural tan importante para la ciudad». En el segundo escrito reclama que la Junta inicie el procedimiento para que esta fábrica, inaugurada en 1930 como azucarera y más tarde reconvertida en fábrica de corcho, sea declarada Bien de Interés Cultural.José Antonio Ruiz recuerda que El Tarajal está incluido en la base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía y que «admite fácil reutilización y puede servir para muchas funciones sociales y culturales». Además, insiste en que al edificio, «cuyo estado de conservación es deficiente», hay que buscarle «una solución definitiva» para preservarlo y subraya que reúne «suficientes valores históricos para su declaración como Bien de Interés Cultural», tanto en la categoría de monumentos como de lugares de interés industrial. La petición de la asociación se produce pocos días antes de que los organizadores de las III Jornadas Andaluzas de Patrimonio Industrial y de Obra Pública, que se celebrarán del 23 al 25 de octubre en el Palacio de Ferias de Málaga, hayan ampliado hasta el 7 de septiembre el plazo para la presentación de comunicaciones.El director de las jornadas, el profesor de la UMA Francisco Rodríguez Marín, aprovechó ayer para resaltar el valor de la fábrica del Tarajal como posible sede del Museo de la Industria de Málaga. «Es un edificio con unas posibilidades enormes, gran capacidad, un espacio interior asombroso y desde el punto de vista estructural no habría ningún problema». El profesor también señaló la idoneidad de la antigua Tabacalera para instalar este museo, a su juicio muy necesario en la ciudad. «Debería ser una de las señas de identidad de Málaga», planteó y recordó cómo hace 30 años había una «pobre relación entre Picasso y su ciudad natal y hoy es un binomio indisoluble». Rodríguez Marín comparó la relación con Picasso de hace tres décadas con la que en la actualidad la ciudad mantiene con su patrimonio industrial, «que no es todo lo buena que debiera ser, cuando es una parte de nuestra historia porque estuvimos a la cabeza del desarrollo industrial de España». En todo caso, abogó porque en ese futuro museo haya una relación «entre contenedor y contenido», algo que a su juicio se da tanto en Tabacalera como en la antigua fábrica del Tarajal. También precisó la importancia de que el futuro Museo de la Industria cuente con un proyecto museográfico, «para que no sea un almacén de reliquias, porque el patrimonio nos tiene que enseñar y Málaga, con una población universitaria y de enseñanza secundaria importante, tendría que desempeñar un papel didáctico de cara a las ciencias y a la tecnología, para mostrar cómo funcionaba una noria hidráulica o una máquina de vapor», puso de ejemplo.Por último, Francisco Rodríguez Marín mencionó el potencial turístico que tiene el Patrimonio Industrial, algo que «crea puestos de trabajo» y recordó que en las jornadas, que por primera vez se celebrarán en Málaga, se darán a conocer unas rutas de Patrimonio Industrial.