El Ayuntamiento de Málaga mantiene viva su apuesta por construir a medio y largo plazo un tranvía sobre ruedas, formalmente conocido como BRT (Bus Rapid Transit), como medio alternativo al Metro soterrado en la zona Este de la capital de la Costa del Sol. Esta infraestructura forma parte del documento de avance del Plan de Movilidad Sostenible que el área de Movilidad quiere llevar a aprobación antes de Semana Santa. Así lo indicaron a este periódico fuentes municipales que han podido disponer de cierta información sobre un documento impulsado por el equipo de gobierno del PP hace ahora poco más de cuatro años, en la etapa de Juan Ramón Casero al frente del departamento municipal. A pesar de ello, sigue sin ver la luz.
Los nuevos responsables del área optaron, al inicio del presente mandato, primero, por aparcar el documento, y, segundo, por revisar parte del contenido original del trabajo encargado a la consultora Contorno. El concejal de Movilidad, Raúl López, admitió el retraso acumulado y lo justificó en la necesidad de actualizar determinados aspecto del plan inicial, tarea para la que han sido contratadas en los últimos ejercicios varios trabajos externos valorados en unos 300.000 euros.
Preguntado por los plazos que se marca para que el avance sea aprobado, afirmó que su deseo es que sea objeto del análisis de la Junta de Gobierno Local antes de Semana Santa. No obstante, antes de llegar a ese momento, confirmó que el contenido ya ha sido dado a conocer a los concejales que integran el Ejecutivo local.
"Estamos ultimando el avance", comentó López, quien eludió apuntar detalles concretos de su contenido. De mantenerse las líneas maestras del informe de Contorno, el mismo dibujará una transformación radical en el modo de organizar la movilidad en la capital para los próximos quince años. Dentro de este paquete de medidas sí concluyó que realiza una apuesta "significativa" por el transporte público.
Y uno de los modos a plantear, al menos sobre los planos, es el del tranvía sobre ruedas. El BRT, instrumento extendido en ciertos países europeos y América Latina, tiene la particularidad de poder desplazar grandes cantidades de viajeros con tiempos de recorrido mucho más cortos que la de los autobuses. En este sentido, la propuesta que hizo Contorno cuatro años atrás delimitaba un gran Corredor de Alta Capacidad (CAC) en la zona oriental de la ciudad reservado para estos vehículos, capaces de mover del orden de 20.000 pasajeros a la hora en ambos sentidos, con unos costes económicos muy inferiores a los del suburbano.
El valor que desde la Casona del Parque se dio a esta modalidad de transporte público queda reflejado no sólo en los esbozos marcados en el citado Plan de Movilidad Sostenible, sino en el paso adelante que Movilidad dio a finales de 2011 al encargar y disponer de un estudio pormenorizado sobre la creación de varias plataformas de BRT en la urbe. Una de ellas mediante la que dar respuesta a las necesidades de comunicación de la zona Este, actualmente conectada con el centro mediante la red de autobuses de la EMT y, principalmente, con la línea 11.
El informe, también con la firma de Contorno, otorgaba prioridad a un ramal de unos 5 kilómetros de longitud entre el entorno de La Malagueta y la Playa Virginia. La primera idea era llevar el trazado por el Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso. El coste económico medio por kilómetro se estimó en unos 4 millones, lo que elevaba la inversión a 20 millones.
En el apartado de financiación, uno de los elementos a tener en consideración es el material móvil, ya que cada vehículos puede necesitar de unos 500.000 euros (frente a los 300.000 euros de un autobús articulado). No obstante, frente a las 110 plazas del bus, el BRT puede ofrecer una capacidad de hasta 220 pasajeros.
Para garantizar la competitividad de este medio frente al vehículo privado, el sistema requiere de la instalación de semáforos inteligentes que den siempre prioridad al paso del BRT, al objeto de rebajar de manera clara los tiempos de viaje. Otro elemento que permitiría reducir el lapso del trayecto es la disposición de paradas con una distancia de unos 300 metros, en los que los pasajeros estarán obligados a pagar el trayecto con antelación. De este modo, en el momento en que el vehículo alcanza la estación, abre todas sus puertas y los usuarios pasan al interior, sin la espera habitual del pago al conductor.
Junto a esta intervención, el Plan de Movilidad Sostenible original realizaba una apuesta más que considerable por la bicicleta y por el peatón como protagonistas de la nueva movilidad. Muestra de ello es que diseñaba actuaciones con las que potenciar la bici, en la idea de su uso permitiese dejar en casa unos 25.000 vehículos. En cuanto al peatón, los técnicos constataban en el plan original que del orden del 60% del viario analizado tiene una anchura inferior a los dos metros y de éste, un 42%, menos de un metro, circunstancia que complica sobremanera el movimiento peatonal.