En los dos últimos años el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha ahorrado alrededor de 40 millones de euros en la provincia de Málaga. Esta cantidad corresponde sólo a la partida que antes se destinaba a sustituir a los profesionales de los centros de salud, según CCOO, que presentó ayer un estudio sobre la política de personal instaurada en la Atención Primaria de Málaga en los últimos años.
El sindicato ha calculado que Salud se ha ahorrado este montante como consecuencia de la no sustitución de las ausencias de los profesionales, tanto las programadas como las imprevistas.
El secretario general de sanidad de CCOO en Málaga, Rafael González, señaló ayer que esta situación ha venido a agravar más la situación de dejadez que ya padecían los centros de salud, donde la ratio de paciente por profesional es muy superior a la recomendada. De este modo, señaló que mientras hace cuatro años pedían «tiempo» para ver a los enfermos, ahora quisieran verse como entonces. «Si seguimos retrocediendo vamos a volver al sistema de ambulatorios», criticaba ayer González, que apuntaba a que con este modelo de recortes no sólo pierde el profesional, que trabaja más y lo hace bajo presión, sino que también afecta al paciente.
«La calidad asistencial se ha visto especialmente mermada», manifestó González, que señaló que la falta de sustituciones ha provocado que se suspendan programas de salud y actividades como controles de embarazo, citologías, cirugía menor y ´niño sano´. También lamentó que los pacientes son atendidos en cada ocasión por profesionales distintos, lo que hace difícil hacerles un seguimiento y lo que provoca que el nuevo profesional que le atiende tenga que dedicar parte de la consulta a leer el historial y saber cuál es la situación real del paciente.
Asimismo, aludió a que la atención domiciliaria ha pasado de ser programada a únicamente urgente y que, a consecuencia de la conocida como demora cero, los profesionales tienen a pacientes a horas simultáneas, lo que aumenta las esperas y su frustración.
González también alertó de que, además de recortar la cartera de servicios, existe un déficit en el seguimiento de patologías crónicas, un deterioro de la promoción de la salud, de actividades preventivas y de la relación sanitario-paciente.
Así las cosas, para González la solución pasa por dotar de recursos al sistema y de que haya voluntad política. «Como ya denunciamos hace unas semanas se ha abandonado la reforma sanitaria, hay que acometer la segunda reforma de la Atención Primaria», dijo, al tiempo que criticó que los gestores administrativos den más importancia a la política económica que a la sanitaria. «Lo idóneo sería sustituir al personal al 100%, pero al menos pedimos que sea al 50%, no al 0% como ocurre en algunos casos». En este sentido, el secretario del sector sociosanitario de CCOO en la provincia alerta de que la horquilla de sustituciones no sube del 4%, como ya se demostró con un estudio en el centro de salud de Puerta Blanca. En esta ocasión, CCOO ha estudiado la falta de sustituciones en el de El Palo. El dato es sorprendente: sólo en este centro de salud el SAS se ahorró en el capítulo de personal entre 2013 y 2014 un total de 615.506 euros lo que, extrapolado al resto de centros de la provincia –65– arroja una cifra de al menos un ahorro de 40 millones.
Según González, la plantilla de este centro de salud es de 58 personas entre médicos, enfermeras, enlaces, pediatras, matronas, trabajadores sociales, administrativos y auxiliares. En dos años, faltaron un total de 4.002 jornadas por vacaciones y 4.379 por otros motivos –bajas, jubilaciones, traslados–. En total, faltaron 8.381 jornadas laborales o lo que es lo mismo, una media de 11,4 profesionales menos al día.
«Estas ausencias aumentan las esperas y reducen la calidad», señala Rafael González, que lamenta que este tipo de situaciones dan lugar a una sobresaturación de las urgencias de los centros de salud que cuentan con urgencias, o de los propios hospitales, donde la situación no es más favorable. «Está todo tocado. La demora ocasiona un diagnóstico tardío y, por tanto, un tratamiento que llega tarde», lamentó