Y así, tras las declaraciones de “obligado cumplimiento”, en medio del carajal formado ha habido dos declaraciones de principios que me han impactado positivamente, con la idea de que sí ha merecido votar según a quienes.
Cuando por ejemplo he escuchado a Ada Colau que lo urgente, lo inaplazable será adoptar, si llega a la alcaldía, “unas medidas de choque”, como las que hayan de “paralizar todo desahucio” hasta que no se sea capaz de articular una solución digna, justa, humanitaria para toda actuación judicial y policial de desahucio que no deje en la calle, en el puro desamparo a las víctimas de esa tragedia que avergonzaría a cualquier ser humano.
Por otra parte y respecto a Manuela Carmena, también me ha encantado, me ha impactado y me ha llegado a las entretelas de mis emociones tras la jornada electoral que, “ayer mismo”, al día siguiente de las elecciones celebradas comentó que había ido a saludar y a visitar al decano de los jueces en Madrid para instarle a que articulasen soluciones dictadas por la Justicia madrileña para que encontrase salidas individuales, humanas, dignas y decentes a todas las víctimas de esos desahucios que, incluso dictados por sentencias judiciales, no puedan ni deban permitir que las familias afectadas queden, sencillamente, en la calle.
Porque resulta que, para más vergüenza todavía, a fecha de hoy, los enseres que acompañan a los desahuciados están perfectamente regularizados, relativos a su retirada de la vía pública a donde se haya decidido, cuando resulta que no existe ningún tipo de regularización con los seres humanos “abandonados a su suerte”, en la pura e inhóspita calle.
Y ambas posturas, ambos comentarios, ambas decisiones ennoblecen, de principio, la dedicación de estas responsables municipales como para creer la fe en la buena gestión debida.
Contra tanta cuenta dada por descontada, en el cuento de nunca acabar, con los partidos de siempre “sacando mal pecho”, sin ningún tipo de autocrítica, como cuando el PP insiste que ha vencido “de manera incuestionable”, y el PSOE se erige en el “líder de la izquierda”, sin haberse enterado que salvada “la inercia debida” del voto consentidor, clientelar, tradicional. . . la decepción que producen en tanto votante, en tanto ciudadano decepcionado. . .
Mientras los partidos emergentes solo son capaces de mostrar la indignación creciente que, a pesar de todo, no acaba de colar, de instalarse, tal vez porque el individualismo insolidario y dañino contra sus propias víctimas evita que la sociedad abrace valores tales como la fraternidad . . . que solo es ¿un cuento viejo?. . . porque durante mucho tiempo el vasallaje servil y cobarde ha sido “muy bien trabajado”, tal vez porque nos han hecho creer que solo el dinero acumulado es la razón de todo ser y esfuerzo ¿humanos?.
Torr del Mar mayo – 2.015