La debacle electoral sufrida por el Partido Popular y el alcalde en funciones, Francisco de la Torre, el pasado 24 de mayo extiende su mancha por la totalidad de los once distritos de la ciudad, al punto de que sufre una sangría de apoyos en la totalidad de los mismos. Sin embargo, son los votantes que habitan los barrios más poblados, caso de Carretera Cádiz, Cruz de Humilladero, Bailén-Miraflores y Palma-Palmilla, entre otros, los que censuran con más fuerza la labor del regidor.
Muestra de ello es que estas delimitaciones geográficas, incluidas en los distritos electorales Málaga Oeste, Carretera de Cádiz y Málaga Norte suman el 52% de los sufragios que se deja en el camino De la Torre en los últimos cuatro años. De los poco más de 40.000 papeletas que dejaron de contar los populares el pasado 24 de mayo, 20.886 proceden de estos barrios, tradicionalmente los más densificados. La puntilla en esta particular sangría lo pone la periferia, puesto que los populares se dejan otros 7.200 votos en el distrito Ronda Intermedia-Campanillas.
Son justamente estos cuatro distritos electorales los que se convierten en principales graneros de votos para Málaga Ahora, agrupación que cuenta con el apoyo de Podemos. El colectivo emerge como receptora del malestar de miles de ciudadanos que hasta la pasada cita confiaban en De la Torre para dirigir el Ayuntamiento. Ahora, sin embargo, esos mismos vecinos dan un giro radical en su posicionamiento. Málaga Ahora suma 15.600 votos (algo más de la mitad de los que cosechó en toda la ciudad) en Málaga Norte, Carretera de Cádiz y Málaga Oeste. Cifra que se dispara hasta los 21.878 sumando Campanillas. Ciudadanos, por su parte, acumula más de 11.000 (16.000 con Campanillas). Coinciden estos trasvases con los entornos posiblemente más afectados por la crisis económica.
Los datos objetivos, además, dejan entrever el nulo impacto en las urnas de las propuestas estrella del candidato popular, caso del Centro Pompidou y del Museo Ruso en Tabacalera. Este último situado en la zona oeste, donde ni la recuperación de la antigua fábrica de tabaco ni la construcción de la primera fase del bulevar sobre los suelos ganados tras el soterramiento del ferrocarril le han permitido taponar una hemorragia que se traduce en unos 12.000 votos menos. La caída de las municipales confirma la tendencia dibujada en las autonómicas del pasado mes de marzo, en las que los socialistas adelantaron a los populares en Carretera de Cádiz. De la Torre es capaz, sin embargo, de recuperar más de 3.100 votos en esta zona respecto a las andaluzas.
El alcalde en funciones y candidato a la reelección por el PP se mantiene como el más votado en diez de los once distritos de la capital, si bien en todos ellos la reducción de apoyos está por encima del 10%. Incluso, en tres de las delimitaciones geográficas este porcentaje se dispara por encima del 18%: Campanillas, Ciudad Jardín y Málaga Norte.
Lo ocurrido en este último distrito, del que forma parte Bailén-Miraflores, pone en cuestión la intención del candidato popular de sacar rédito electoral al Metro y su negativa a permitir la construcción del mismo en superficie hasta el Civil, como quedó acordado con la Junta de Andalucía. Asimismo, aunque de menor consideración, los populares pierden peso en los distritos electorales más próximos al Centro histórico, con unos 2.000 votos menos.
En el seno del PP se relaciona el descalabro sufrido en los barrios más populosos con la crisis económica. "Son votantes que están cabreados por la falta de trabajo y por las políticas económicas", apuntan fuentes de la formación, que incluyen en este grupo también a los jóvenes que residen en las zonas de expansión de la capital, caso de Parque Litoral, Teatinos, Puerto de la Torre.
El voto cosechado en las urnas pone en entredicho, además, la apuesta por los distritos con la que el aún alcalde en funciones arrancó el mandato pasado. Una de las principales novedades que quiso introducir el regidor tras los comicios de 2011 fue destinar concejales en exclusiva para cada uno de los once distritos de la capital. El dictamen emitido por los ciudadanos es de insatisfacción general.