Lástima que todo ha ido acabando como una escombrera, corrupta y silente, bajo la evolución que ha sufrido aquella democracia reconvertida en otra “muy representativa” en manos de los “profesionales sempiternos” de la política sorda e insensible ante la desesperación de un gran porcentaje de la ciudadanía que no encuentra cauces, que solo sabe “arreglárselas” como se pueda por llegar al día siguiente “malviviendo”.
Resulta que Tsipras ha cometido “un gran pecado”, un pecado intolerable, el gran pecado de intentar consultar a su pueblo, mediante un referéndum, sobre si quieren o no someterse a las exigencias de la Unión Europea, como por ejemplo meter la tijera de los recortes a las pensiones y a las jubilaciones, así como acceder a subir el IVA a alimentos básicos para la supervivencia.
Y ante esa intención que debería haber sido considerada “irreprochablemente democrática” los acreedores, salvaguardados por los hipócritas facinerosos de la Unión Europea, la han tildado de “traición a sus reglas de juego”. ¡Natural!. Habiéndose escapado los gobiernos griegos anteriores a la tragedia actual de rositas, los acreedores que tan buena cara ponían engordando las malas políticas de corruptos políticos, exigiendo ahora la devolución multiplicada, por supuesto, a los más desgraciados entre los desgraciados, de sus dineros puestos donde no debieran en las condiciones torticeras que lo hicieron, aunque creyeron que siempre recobrarían sus fondos de gobiernos débiles y sumisos, ahora mismo frente a un gobierno de izquierdas que ha pretendido defender los derechos básicos de su ciudadanía puesta en la pobreza extrema.
Con los mercados y sus mamporreros haciendo la campaña de que hay “que pagar”, ¡siempre hay que pagar!, aunque se pase la factura a los más desfavorecidos, a quienes ya han entregado gran parte de sus magros fondos particulares.
Puestos pues los griegos en el sumidero de su desdicha, ante la insensible torpeza o insaciable avaricia de un FMI que no sabe hacerlo “peor”, siempre hipotecando a favor de los suyos, junto a una Unión Europea entregada a los poderes financieros para “escarmentar en cabeza griega”, ¿?, pues tal vez, porque temen que el efecto contagio les deje en bancarrota, exactamente, no ya al pueblo griego sino más bien a los escualos financieros insaciables de poder vil y mezquino. . .ante el que demasiados políticos se pliegan servilmente.
Y España con una deuda superior en 300.000 millones más que hace cuatro años, con el chantaje en pleno ataque para doblegar la cerviz, porque según los “grandes estadistas” solo admiten una salida: plegarse, doblegarse, sometidos todos a las políticas austericidas”.
Logroño junio – 2.015