FOTOS DE LA PRESENTACIÓN DE «ENRIQUE MORENTE, MALGRÉ LA NUIT» EN LA FERIA DEL LIBRO DE MARBELLA

 

De izquierda a derecha: Andrés García Baena, editor, Pepe Bernal, Alcalde de Marbella, Paco Vargas
Con Manuel Rodríguez y Jimeno antes de la presentación
 

 

Ana Fargas, María Toledo, Pepe Bernal y Paco Javier JImeno
El guitarrista Paco Javier Jimeno y las cantaoras Ana Fargas y María Toledo
Rodeado de artistas: María Toledo, Ana Fargas, Mar i Luz, Jimeno y la bailaora Noelia Sabarea



PRÓLOGO
Sentía la necesidad de escribir sobre Enrique Morente, pero he tenido que esperar mucho tiempo después de su muerte para poder hablar de él en pasado.
 
Acerca de Morente se ha escrito mucho. En vida y después de su recuerdo eterno. Y se ha escrito de su vida y de su obra. Esos dos aspectos que definen al artista nunca lo fueron por separado, en su caso nunca pudieron pasar el uno sin el otro.
 
Siendo Enrique un personaje de difícil catalogación,  nunca lo fue de leyenda. Contar, por tanto, lo que casi todo el mundo sabe no tenía mucho interés. Ni para quien escribe ni para quien lee. Biografías completas o parciales se han escrito. Laudatios y textos halagadores también. Su trayectoria vital y artística es más o menos sabida, quizá sin demasiados detalles personales (él nunca fue de dar  tres cuartos al pregonero sobre su vida), pero a grandes rasgos casi todo el mundo la conoce.
 
¿Qué queda por decir que ya no se haya dicho? ¿Qué escribir que no se haya escrito ya? Al margen de opiniones subjetivas, casi nada. Empero, la necesidad de decirlo ha podido más que el sentido común de un silencio voluntario hasta ahora mantenido. La pasión y la razón se pelean en mi mente. ¿Cómo hacerlo? Ése era el reto, aunque no estoy seguro de haberlo logrado.
 
          El libro que tienes entre tus manos no es una lección de nada ni para nadie, pero sí quizá sea una ventana abierta para acercarse a un cierto conocimiento de quién y cómo era Enrique Morente. Nada hay definitivo en él, pues ya se sabe que ni la misma vida es para siempre. Yo la abro y los demás, si les apetece, que se asomen. Quien firma el libro no puede hacer otra cosa.
 
          La biografía, si es que este libro se pudiera calificar así, en contra de lo que debiera ser, nunca es objetiva sino que queda a voluntad  de quien la protagoniza y de quien la cuenta. Dándose el caso que unas veces puede más el corazón que los documentos y otras son los papeles los que imponen la verdad, si es que ésta existiera como valor absoluto en la vida de una persona ya sea famoso o desconocido. El género biográfico, como  el ensayo flamenco, se presta a continuas revisiones y a opiniones dispares dependiendo de la documentación que va apareciendo o de la lectura que se haga de la misma.
 
          Dado que Enrique Morente tiene una importancia capital en la Historia del Flamenco y su aportación a la misma no cabe en un solo libro, he intentado dar una visión general de su vida y de su obra. Pero, esa mirada es personal. Premeditadamente personal. Sólo los datos contrastados son objetivos. Todo lo demás está matizado por los sentimientos.
 
          Al escribir el libro, he intentado –quizá sin lograrlo- satisfacer la mera curiosidad o el conocimiento exhaustivo, tanto del lector interesado como del estudioso o investigador, al tiempo que se recoge en él una variada gama de emociones que van de la verdad desnuda a la necesaria provocación de la duda, de la idealización ortodoxa del personaje a la heterodoxa desmitificación, de la imprescindible rigurosidad a la inevitable intuición, de la leyenda a la verdad, del ayer glorioso y mítico al hoy vivo, palpitante y lleno de certezas y de recuerdos presentes. Todo, sin caer en la dramatización excesiva ni en la sensiblería lacrimosa, aquí y allí con pinceladas de ironía que es un mecanismo de defensa que Enrique Morente utilizaba con frecuencia y un recurso literario que a mí me gusta emplear; aunque no sé si con acierto siempre.
 
          A lo largo de la obra, dividida en cuatro capítulos, que no son compartimentos estancos aunque cada uno tiene vida propia, cuento cuándo y cómo fueron mis relaciones con Enrique y su entorno durante muchos años, cómo se contó su inesperada muerte, lo que decía y lo que pensaba, lo que escribí sobre él como artista, cuál fue el legado musical que dejó… Naturalmente, todo eso, enmarcado en el contexto histórico y en el tiempo que su existencia tuvo lugar.
 
           El primero, es un capítulo que se acerca más a la narrativa que al ensayo biográfico. Escrito con una técnica que empleé por primera vez en el libro “Juan de la Loma. Memorias apócrifas de un cantaor mijeño”, decidí desistir cuando intenté darles una secuencia cronológica exacta a los recuerdos que se  agolpaban. Todo lo contado sucedió, pero puede ser que algunas cosas estén relatadas con mi particular enfoque y que tuvieran lugar en orden distinto a como aquí son contadas. Y no será por error o falta de datos, sino porque me parece más importante contar lo que sucedió que cuándo tuvo lugar. En este caso, la luz posee al tiempo.
 
          Aunque Morente nunca fue esclavo de su palabra, según sostienen quienes le disculpaban su falta de consideración y compromiso con la palabra dada en alguna ocasión, la palabra dicha y escrita tiene un valor ético y preciso. Permanente. Por eso, recogemos algunas de las que dejó  a lo largo de las muchas entrevistas que le hicieron en distintos medios de comunicación. A través de ellas cabe la posibilidad de conocer mejor al protagonista, aunque a veces haya que leer entre líneas. Todo eso se puede encontrar en el segundo capítulo.
 
          Con los textos en prosa y la poesía dedicados a Morente podría escribir otro libro, pero he preferido hacer una selección de lo escrito y agruparlos  en un capítulo que es el tercero. Los textos, adaptados y corregidos, aparecen tal se escribieron en su día, aunque con la perspectiva que da el tiempo se lean de otra manera. Quizá con menos pasión. Son artículos, sobre sus actuaciones o sus discos, publicados en  los medios de comunicación donde colaboraba cuando entonces; principalmente en la revista “El Olivo Flamenco”. Su lectura puede servir para conocer la evolución tanto del escritor como del biografiado. Pero, en cualquier caso, son documentos que han de servir al investigador para mejor adentrarse en el personaje que protagoniza esta obra.
 
          El último capítulo, lo dedicamos al conocimiento y estudio de su producción audiovisual, con más atención a su discografía que a su participación, más o menos protagonista, en montajes teatrales, documentales y películas o programas de televisión en los que intervino. La discografía de un cantaor es su testamento vital. Es la única y mejor manera de saber cómo cantaba. Es la prueba irrefutable de su calidad artística. En ella encontramos su estética, su concepto del cante, sus cualidades y sus defectos. Ella debiera ser siempre, para estudiosos e investigadores, el documento más fiable a la hora de entrar en la vida artística de cualquier cantaor flamenco. Por eso, junto a la información -lo más detallada que hemos podido- de cada obra, la completamos con un comentario que no tiene por qué coincidir con la opinión del lector.
 
          Las fotografías, excepto las de portadas de libros y discos y carteles publicitarios, que ilustran las páginas son inéditas. No siendo su calidad óptima, sí son documentos gráficos que pueden servir para comprender mejor lo escrito a lo largo de la obra. En ellas aparecen los personajes que forman parte de la historia, aunque no todos, y otros que no recordamos sus nombres, pero todos son importantes pues fueron testigos silenciosos de lo que entonces sucedió y en parte cuento.
 
          La soledad del escritor  nunca se contrapone a la ayuda de otros, ya sea ésta directa o indirecta. Es necesario, por tanto, el agradecimiento a las fuentes consultadas y a los autores citados. Y mis disculpas por los errores cometidos. Y por olvidar algún nombre, pecado imperdonable, siendo todos de similar importancia. Y por si mis palabras pudieran molestar. Nunca las escribí con esa intención. Por todo lo dicho, lo escrito a lo largo del libro  lleva implícita mi más sincera gratitud, por su conocimiento y su luz, a todos y cada uno de los que, de una u otra manera, me han ayudado.  Por eso, este libro es también de ellos.
Paco Vargas
Marbella,  mayo de 2015


FICHA DEL LIBRO:
ENRIQUE MORENTE, MALGRÉ LA NUIT
Ediciones Algorfa. Julio de 2015
I.S.B.N.: 978-84-943406-7-3
Páginas: 220
A la venta en librerías y grandes superficies.
Más información en:  www.libreriaalfaqueque.es  

ENRIQUE MORENTE "EN ESTADO PURO"


La grabación en directo fue hecha por Radio France en 1984,  en la Peña Flamenca “Joseíto  Téllez” de Fuente Palmera (Córdoba), y fue cedida a la Peña  Flamenca “La Platería” por Miguel Poyatos Lozano para la edición del disco que comentamos. 
 

De aquella actuación ha quedado esta obra compuesta por dos CD de una duración aproximada de 45 minutos cada uno, de tal modo que están grabados en una sola pista cada cual. El sonido, por tanto, no es el óptimo, pero es un documento de primera mano para conocer como cantaba Morente en 1984, que ya anunciaba su deriva evolucionista hacia formas nuevas para construir un cante flamenco distinto. 

 

Así ocurre con los fandangos de Huelva o las cantiñas (“El día que mataron al Espartero…”) en los que encontramos proyectos de cantes que con el tiempo encontramos terminados en obras posteriores, la salida del cante por malagueñas, el conocimiento que demuestra en los cantes de ida y vuelta o los fandangos, incluido el propio, que sin solución de continuidad remata por bulerías, que así acaba el concierto. Sin embargo, todo el recital está realizado en clave de cante y toque clásico en la flamenca voz canónica de Morente y en la guitarra sacromontana de un joven Paco Cortés, con apenas 27 años ya un gran guitarrista de acompañamiento. 

 

Además del cante y el toque, podemos escuchar la presentación de Rafael Salinas (importante hombre del flamenco de la época), los ocurrentes comentarios de Enrique y el calor de los aficionados que habían acudido desde lejanos lugares apara asistir al acontecimiento que supuso el recital del cantaor granadino, que siempre fue muy querido en Córdoba.

 

FICHA DE LA OBRA:

ENRIQUE MORENTE  “EN ESTADO PURO”

Homenaje de la Peña  Flamenca “La Platería”.  

Granada, 2011. 

Disco póstumo que salió en edición no venal numerada

Cantes:
CD 1: Fandangos de Huelva, Malagueña de Gayarre (sic), Malagueña de Juan Varea, Malagueña del Canario, Seguiriya, Cantiñas, Vidalita (y milonga de Pepa Oro), Guajiras.
CD 2: Soleares, Fandangos del Albaicín, Fandangos, Bulerías. (La Malagueña de la Peñaranda aparece en los créditos pero no en la grabación: al final no la canta aunque anuncia que la va a cantar).
Voz: Enrique Morente. Guitarra: Paco Cortés

(TEXTO INCLUIDO EN EL LIBRO "ENRIQUE MORENTE, MALGRÉ LA NUIT")