El arroyo Wittemberg atraviesa esta barriada del núcleo poblacional La Pelusilla, situado justo enfrente. Un arroyo semiembovedado que la asociación de vecinos Gálica-La Pelusa reclama que se cubra y se haga un bulevar, además de que se reordene el tráfico en la zona y se amplíen las aceras. Consideran que ahora el cauce está desaprovechado, disponen de aceras diminutas y una circulación a ambos lados del arroyo de doble dirección que complica el tráfico. «Ese sería un proyecto que cambiaría la entrada de la barriada, pero el Ayuntamiento dice que no es su competencia», asegura Remedios Sánchez, vecina del barrio y vicepresidenta de la asociación de vecinos. Pero lo más inmediato en esta barriada de pronunciadas pendientes y asomada a El Palo es el tema de la accesibilidad.
«Aquí viven cerca de cuatro mil personas, muchas de las cuales son mayores que tienen problemas de movilidad, y los accesos a los bloques de las cooperativas de viviendas que existen en el barrio son escaleras empinadas que en muchos casos no pueden superar», señala esta vecina. Por eso dice que lo más urgente para los vecinos es que se ejecute el Plan de Mejora Integral y Accesibilidad de la barriada que fue aprobado en 2010. «En este tiempo se han realizado algunas obras, como en la calle Inés Suárez, pero el barrio no se mejora con microactuaciones puntuales sino que necesita una actuación integral», indica. Además comenta que algunas de las obras realizadas «no se han hecho bien y el resultado no ha sido el que esperábamos». Y cita como ejemplo las estrechas aceras que han dejado en algunas calles, como la de Pedro de Valdivia, que no tienen el ancho reglamentario indicado en la ley de accesibilidad, o la deficiente construcción de algunas de las rampas que se han realizado, mal peraltadas en algún caso o inservibles en otros al contar con escalones en algunos de sus tramos.
El grueso de las denuncias no acaba aquí. Los vecinos se quejan asimismo del cableado aéreo descolgado en diversas calles, entre ellas en calle Punto y la remodelada Inés Suárez, así como de la existencia de postes de la luz en medio de varias aceras muy estrechas, por las que apenas puede pasar una persona, y menos aún un carrito de bebé o una silla de ruedas. Una situación que se da en la calle Algarrobo, entre otras, pese a que, según Remedios Sánchez, «se anunció que se habían soterrado las conducciones eléctricas».
Más zonas verdes y limpieza más frecuente son otras de las reivindicaciones de estos vecinos, que esperan la ejecución del plan integral para solucionar sus problemas.